Earle Herrera, diputado a la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), definió la cobertura periodística de los sucesos del Caracazo como una experiencia impactante en la que los comunicadores sociales se convirtieron en corresponsales de guerra.
«Todos se convirtieron en una especie de corresponsales de guerra porque transmitían sus informaciones dentro de fuegos cruzados, y sin las facilidades tecnológicas que existen hoy. No existían los teléfonos celulares, tenían que buscar cómo hacer llegar a los distintos medios sus reportes y con un toque de queda a partir de las 6 de la tarde, como para hacer más difícil su trabajo», expresó el también periodista, durante una entrevista en Unión Radio.
Herrera consideró el trabajo periodístico de esos días como una prueba de fuego para los periodistas a quienes les tocó la cobertura del estallido social ocurrido el 27 de febrero de 1989, tras las medidas neoliberales adoptadas por el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
El diputado reconoció también el trabajo de los reporteros gráficos de aquel entonces. «A pesar de las versiones escritas u orales de lo que ocurrió, están las gráficas invaluables que le dieron la vuelta al mundo, no solamente por su impacto sino por el trato respetuoso con el que se tomaron las fotos; donde realmente era muy fácil caer en el amarillismo por la cantidad de personas heridas y muertas en la calle».
A pesar de las cifras oficiales que ofreció el gobierno, en las que contabilizaban 300 personas fallecidas, organismos de Derechos Humanos contabilizan más de tres mil muertes, miles de heridos y desaparecidos, producto de la represión por parte de efectivos policiales y militares, bajo las órdenes del gobierno de Carlos Andrés Pérez, producto de la serie de protestas del pueblo venezolano, principalmente de Guarenas y Caracas, a raíz de las medidas económicas neoliberales que había adoptado el Gobierno, fomentadas por el Fondo Monetario Internacional, y profundizaron la pobreza y exclusión el país.