Consultados recomendaron cultivar la fe en estos días|Este año el Niño Jesús vino cargado de bicicletas, monopatines, muñecas y carritos

Este año el Niño Jesús vino cargado de bicicletas, monopatines, muñecas y carritos. Las caraqueñas y los caraqueños aprovecharon el buen tiempo de este 25 de diciembre para salir con su familia a los espacios públicos. Quienes más disfrutaron fueron los pequeños de la casa.

En la plaza Candelaria de Caracas las niñas y los niños llevaron sus regalos para compartir con sus vecinas y vecinos.

Pastor Rodríguez se fue con sus dos hijos para pasar un rato diferente: “San Nicolás le trajo al niño un carrito y una patineta, y a la niña dos muñecas. En la noche compartieron con sus abuelos y cenamos tranquilamente”.

Relató que tradicionalmente el 25 de diciembre va a esta plaza con sus hijos: “En esta Navidad debemos tener mucha fe, y cada día debemos luchar más por el beneficio de nuestros seres queridos”.

Carmen Andrade vive cerca de este espacio público y ayer paseó un rato con su bebé de tres meses y su niño de dos años. Dijo que al pie del árbol de Navidad amanecieron dos teclados como regalos para sus hijos: “A todos les deseo una feliz Navidad. Esperemos que el próximo año venga con mucha alegría para todos”.

José Castellón acudió con su muchacho a la plaza Candelaria para aprovechar “este espacio que el Gobierno ha recuperado”.

Confesó al Correo del Orinoco que se sentía “contento y feliz” de compartir con su hijo de cinco años, a quien el Niño Jesús le trajo una bicicleta.

A un costado de la plaza Candelaria Suhei Paiva estaba afanada pintando las caritas de los chiquilines: “Yo soy payasita desde hace seis años y los niños vienen a pintarse y a jugar con los regalos que les trajo el Niño Jesús. Voy a estar todo el día aquí”.

Mientras que en la plaza de El Recreo, en la avenida Francisco Solano, Migdalia Méndez acudió con sus hijos de 8 y 10 años para que aprendieran a manejar las bicicletas que les llevó el Niño Jesús.

“El 24 de diciembre en la noche compartimos todos en la casa, y hoy vinimos a pasear un rato. Todos estos días he tenido que trabajar y estos son los momentos que aprovecho para compartir con ellos”.

Por el contrario, en el bulevar de Sabana Grande se observaba a pocos niños que solo iban de paso con sus padres hacia las estaciones del Metro. El lugar no resultó atractivo en horas de la mañana para que los chiquilines se acercaran con sus regalos.

T/ Janet Queffelec Padrón
F/ José Luis Díaz