Caracas, 14 de junio 1962, gobierno de Rómulo Betancourt. Un grupo de trabajadores asistenciales protesta pacíficamente por mejoras laborales, los apoyan miembros de la Juventud Comunista, van marchando por la Avenida Baralt. De repente llega la policía y comienzan a disparar contra los marchistas. Un policía con un potente fusil FN-30 dispara en dirección al Palacio del Libro. La onda expansiva alcanza a Lenin Bocaney, joven comunista de 22 años, cae inconscientemente al suelo con una grave herida en el ojo izquierdo; es llevado al Puesto de Salas por los manifestantes.
Primero el disparo, ahora las averiguaciones, máxima betancuriana.
Bocaney recibe los primeros auxilios del Dr. Narváez y una enfermera de apellido Oropeza, ambos del MIR; al enterarse de que era de la JC lo esconden en un depósito; cuando la policía fue a preguntar por el herido, el doctor les dijo que había salido por sus propios pies. El médico llamó a un familiar, que consiguió un salvoconducto firmado por un alto oficial militar, quien les había advertido que “si caí preso de nuevo (fue detenido en 1960 por protestar) no respondería y lo sacarían del país o lo mataban”.
Con el salvoconducto pegado a la espalda, herido, usando la misma camisa y pantalones ensangrentados y unos zapatos prestados, sin dinero ni ropa lo montaron en un avión y lo enviaron a México el 15 de julio de 1962.
Allí permaneció dos años en una suerte de casa para indigentes que funcionó como prisión, sin poder salir ni comunicarse con nadie, prácticamente desaparecido, hasta que una mujer de pueblo lo contacto con gente del Partido Comunista Guatemalteco. Se fugó y lo embarcaron en una rastropescadora que lo llevó a la frontera colombo-ecuatoriana, desde donde lo trasladaron a Cúcuta y luego a Ureña y de allí a Valencia y Caracas, dos años después de ser expulsado y de sufrir duras penalidades.
No he detallado el caso por falta de espacio pero debe usted imaginarse la clase de sacrificio, soledad y atropellos que sufrió este venezolano que por razones políticas fue violentado en su derecho a protestar en la llamada “democracia representativa”.
Hoy Lenin Bocaney es parte de los equipos de apoyo a la Comisión por la Justicia y la Verdad en Caracas.