Milicias bolivarianas custodian casas en zonas de alto riesgo de Catia |Habitantes del barrio Federico Quiroz aceptaron evacuar la zona

Uniformados y personal de rescate ayudan a los afectados

Desde hace varios días, los habitantes del barrio Federico Quiroz en Catia fueron informados sobre la necesidad de abandonar la zona por ser calificada de “alto riesgo”. Algunos de sus residentes salieron a toda velocidad dejando sus cosas, otros optaron por recoger sus enseres y esperan la llegada de camiones que les ayuden a trasladarlos a buen resguardo y un tercer grupo se niega a salir a pesar del peligro que corren.

“En la zona tenemos 360 familias afectadas ubicadas en siete subsectores. Se trata de la calle Paramaconi, 24 de Julio, Antonio José de Sucre, las Torres y los callejones Iriarte, San Blas y Las Morochas”, explicó el sargento Douglas Torrealba, supervisor encargado de la carpa de seguridad ubicada en el lugar.

Agregó que hasta la mañana de este lunes fueron desalojadas 280 familias que contabilizan 1120 personas, restando 80 familias que suman 400 personas más.

“En total necesitamos desalojar a 1.520 ciudadanos y ciudadanas, siendo la mayoría menores de edad. Por fortuna desde la noche del domingo se ha presentado el conocido efecto dominó , que no es más, que las familias siguiendo el ejemplo de otras. Gracias a las conversaciones y trabajo articulado con los representantes de los diferentes consejos comunales que hacen vida en el bario se ha logrado concienciar y convencer a los que se niegan a salir. Cada vez este grupo es más reducido y esperamos poder sacarlos a todos. Es necesario que entiendan el peligro que corren de permanecer en el lugar”, sentenció el efectivo militar.

El uniformado comentó que toda vez que se concluya el desalojo de las familias los miembros de las milicias bolivarianas permanecerán en la zona, adelanto labores de resguardo de los bienes y, en especial, para impedir el regreso de sus habitantes.

“Nosotros no podemos obligar a nadie a salir, sólo buscamos la mejor manera de hacerles entender el riesgo que corren. En el barrio permanecen también funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana y de Protección Civil y Administración de Desastres quienes colaboran en el trabajo de resguardo de bienes y personas, además de agilizar la salida de las familias hacia refugios capitalinos”, sentenció.

“LLEVO LAS COSAS A LA CASA DE MI HIJA”

Familias salen de zonas de alto riesgo

María Gil, tiene 48 años de edad y desde que tenía diez vive en el sector La Pantalla del barrio Federico Quiroz. Allí conoció a su quien con el pasar de los años se convirtió en su esposo y procreó a dos niños.

“El lunes pasado me dijeron que debía salir de mi casa. Personal de Protección Civil y Administración de Desastres, junto con unos bomberos me llevaron hasta la escuela Gustavo Ledo, que fue convertida en refugio ubicado en Propatria. Allí llegue con toda mi familia (cinco personas) entre ellos dos menores de edad”, explicó la señora.

Agregó que en el día de ayer se trasladó hasta el barrio para recoger sus cosas y llevarlas hasta la casa de su hija ubicada en Los Valles del Tuy.

“Contraté un camión que me va a llevar todas mis cosas. Esto duele mucho, me siento mal por tener que salir de acá a la carrera, pero prefiero irme. No quiero quedarme acá. No me importa que pase varios meses en un refugio lo importante es que tenga vida y que pueda ofrecerle un futuro a los míos. La verdad es dolorosa dejar todo de la noche a la mañana; me da mucho sentimiento dejar mi casita y recordar con el esfuerzo que la construí y la amoblé, pero no hay nada más que hacer”, comentó.

La señora Gol agradeció el apoyo a las milicias bolivarianas presentes en la zona y aseguró haber recibido la ayuda de estos valiosos hombres y mujeres. “Ahora sólo resta esperar a que se de la asignación de casas y empezar nuevamente”, concluyó.

Por su parte Carmen Atencia, enfermera de 49 años de edad, recoge sus cosas mientras llora y lamenta tener que salir del lugar donde vivió 36 años.

“Crecí en esta zona llamada La Matica, hoy vine a recoger lo que más puede para llevarlas hasta un galpón en la avenida Urdaneta, porque no tengo dónde meterlas. Se siente un dolor muy grande dejar todo lo construido atrás, de la noche a la mañana, pero la vida vale más. Acá vivía con mi madre de 91 años de edad, mi esposo y dos hijas, una de ellas de seis meses de edad y justamente, por ellas es que debo salir. Me da miedo pensar en ir a vivir a un refugio, pero me recomendaron que lo hiciera o de lo contrario las casas de la parte alta del cerro a consecuencia de las lluvias pueden hacer colapsar la mía. Le pido fortaleza a Dios”, aseveró.

ALBERGUE FABRICIO OJEDA

En el núcleo endógeno Fabricio Ojeda permanecen albergadas 2.146 personas que conforman 550 familias. Del total 1.231 son adultos , 68 son mayores de 68 años y 847 menores de edad. Han sido contabilizadas 712 mujeres, 437 niñas, 406 niños y 591 hombres.

“Al ingresar al núcleo son censados por el vocero o representante de cada sector en el que fue dividido el espacio físico, posteriormente se ingresa la información al banco de datos, se fotografía al damnificado y coloca un brazalete”, explicó un vocero encargado de la organización del sitio.

T/ D’yahana Morales
F/ Alberto Corro