Se deriva del vocablo Esnotú|Isnotú debe su nombre a etnia originaria del estado Trujillo

La palabra Isnotú, asegura el profesor Eufrasio Maldonado, se deriva del vocablo Esnotú, con el que era identificado un grupo de aborígenes pertenecientes a la familia de los Cuicas -los más avanzados dentro del territorio venezolano, según algunos autores- quienes en el pasado hicieron vida en esta región del estado Trujillo.

Explica que, presuntamente, en lengua cuica el término significa “lugar de varias corrientes de agua”, y debe ser cierto, agrega, “porque hace algunos años en el lugar se podían apreciar unos 15 afluentes que bajaban de las montañas”.

Según el docente, el pueblo no fue fundado en el año 1640 por Juan Pérez Revollo, como reseñan muchos textos de historia, sino por Juan de Muñoz en 1645. Argumenta que Revollo lo que hizo fue levantar un poblado al que llamaron Garabú.

“Cinco años después llega de Muñoz y se instala en la piedra de los isnotúes, cerca de la quebrada que fue bautizada como Juan Pérez, y comienza a construir las viviendas, dando origen al poblado que hoy conocemos como Isnotú”, reveló.

DE LA AGRICULTURA AL COMERCIO

De acuerdo con las historias que le contaban sus abuelos y con la información que ha podido recopilar en los últimos años a través de la Fundación Isnotú, con la que junto a un grupo de jóvenes de esa localidad prepara un ensayo narrativo sobre el lugar, los primeros pobladores de Isnotú se dedicaron a la agricultura.

Describe que yuca, caraota, cambur, caña de azúcar y café eran algunos de los rubros que se cultivaban en abundancia. Más adelante, agrega, se crearon varios trapiches para moler caña de azúcar y fabricar papelón.

El sitio, menciona, era un paso obligado de muchas personas que atravesaban la región para intercambiar frutos de la parte alta por alimentos de la parte baja. “Luego, como el trayecto era bastante largo, se fueron creando una especie de posadas rústicas para darle hospedaje a estos viajeros, lo cual contribuyó con la economía de los pobladores”, relató.

Con el paso del tiempo, contrasta, las y los habitantes de Isnotú se deslastraron de esa actividad, pasando de una economía agrícola a una economía netamente comercial. Asegura que cuando comienza el movimiento religioso en torno a la figura del doctor José Gregorio Hernández, que induce al traslado de muchas personas provenientes de distintos lugares, se da inicio a la creación y venta de productos artesanales.

Hoy en día esta localidad es un importante centro turístico-espiritual. El santuario, levantado en el lugar donde estuvo la casa familiar del Dr. Hernández, se puede visitar cualquier día y a cualquier hora. Además del monumento, que está rodeado de placas de agradecimiento por los favores recibidos, cuenta con un museo, baños públicos y un auditorio. También dispone de un área con cómodas pero sencillas habitaciones, donde por un pequeño costo, las y los visitantes se pueden alojar.

En los alrededores del santuario también se encuentran varios hostales, con variedad de precios y servicios. Si de comer se trata, la posada turística perteneciente al gobierno de Trujillo, ubicada a un lado de la plaza de Isnotú, cuenta a partir de esta semana con una sucursal de la panadería La Corona, la cual ofrecerá postres y panes artesanales, además de almuerzos y jugos naturales. Cerca también se encuentran El rincón del visitante, El Centenario, Tío José, el Restaurant Nieves, la lonchería El Zurdo y el restaurant MAT. Para llegar a Isnotú, las y los visitantes pueden acceder desde Valera, en transporte público o particular.

T/ Héctor Escalante
F/ Ángel Dejesús