Alejandro Hitcher, exministro del Ambiente de Venezuela|»La gestión de las aguas es un tema nacional que hay que despartidizar»

Con la sequía prolongada que ya entró a su tercer año, nuestro país atraviesa los avatares de la guerra económica planteándose la superación del rentismo petrolero, a través de una nueva cultura productiva. La sequía termina de completar este panorama, y todo lo que conlleva: la calidad del agua, los sistemas hidráulicos y su mantenimiento, las políticas de planificación e inversión en obras, son algunas de las variables que pudimos revisar con Alejandro Hitcher.

UNA NUEVA INSTITUCIONALIDAD

Según datos publicados por Fundambiente, la desinversión entre los años 1989 y 1998 producto de la receta neoliberal del FMI aplicada por aquellos gobiernos, eliminó el servicio metereológico que dejó al país al menos sin 10 años de información sobre el clima. Así encontraron al Ministerio del Ambiente en 1999, tal como lo explica Hitcher: “La institucionalidad es un aporte innegable al tema de la gestión del agua en Venezuela. Cuando asumimos la labor pública en 1999, no había organicidad en el Sector Agua Potable y Saneamiento. Propusimos una nueva arquitectura institucional concebida a partir de la ley orgánica que redactamos un conjunto de profesionales”.

EL AÑO QUE VIVIMOS EN SEQUÍA

Aunque no es la primera vez que vivimos una prolongada sequía, la alta evaporación que han sufrido 22 de los principales embalses destinados al abastecimiento de agua para consumo humano en Venezuela, se viene acumulando desde mediados de 2013. Explica el exministro Hitcher que el calentamiento global y el fenómeno de El Niño son dos sucesos meteorológicos complejos, distintos e independientes. El Niño fue declarado por la Organización Metereológica Mundial (OMM). el único que puede y tiene facultades para hacerlo. Antes, el fenómeno de El Niño se distanciaba, ocurría cada 10 o 12 años.

–¿Cómo podemos protegernos del cambio climático?

–Es una combinación de varias cosas, gestión, política, planificación, concienciación, educación a la población e inversión. Inversión en infraestructuras para mitigar los riesgos de las inundaciones y protegerse de los eventos de sequía que generan escasez.

–¿Es necesario construir más embalses?

–Si hubiéramos aumentado nuestra capacidad de almacenamiento y se hubiera construido más de un embalse, tendríamos el mismo problema de escasez. Tenemos dos años de registros de lluvia por debajo del promedio histórico y nos agarró El Niño. La única medida efectiva en casos como este es el racionamiento. El 82% de la población está en la franja andino–norte–costera y se ubica por encima de los 300 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). El otro 18% se encuentra al sur del país. El 90% de las fuentes aprovechables está en un territorio con el 20% de la población. La ciudad de Caracas o la zona metropolitana, Valencia, Maracay tienen acueductos con aguas que vienen trasvasadas en un 90% de fuentes que están más abajo, se trae por sistemas de bombeo. Eso ocurre en todo el país, excepto en dos ciudades en las que funcionan acueductos por gravedad: Mérida y San Cristóbal. Todos los acueductos se manejan por bombeo y tenemos un esquema eléctrico en el país donde el 72% de la energía eléctrica viene del agua. Por eso es que hay que aumentar el parque termoeléctrico del país.

–¿La dupla agua y energía en nuestro caso son sistemas interdependientes?

–Cuando falta el agua no se llenan los embalses generadores de energía eléctrica, no hay electricidad, aún teniendo agua en ríos y embalses, no tenemos electricidad para bombearla a las ciudades. Todas las ciudades del mundo son del tamaño de sus fuentes hídricas. Nuestras ciudades tienen esas distorsiones; gracias a la renta del petróleo nos damos el lujo de trasvasar agua de otras cuencas mediante grandes sistemas de bombeo. Las fuentes hídricas propias de la ciudad de Caracas son el río San Pedro, el río Macarao y las 22 fuentes del norte en la cordillera, todas están captadas para su aprovechamiento y solo generan 0,2 metros cúbicos por segundo promedio con una probabilidad de ocurrencia del 92%, con un 98% de probabilidades de que no ocurra un desabastecimiento.

Hidrocapital actualmente mantiene el Plan Especial de Abastecimiento 2016, que en opinión de los expertos debe estar muy bien organizado para que se cumpla tal como se establece.

LAS SOLUCIONES A LA CRISIS

Aunque esta persistente sequía ha sido manejada con un bajo perfil, opacada por la agenda de combate a la guerra económica, no hay razones para el fatalismo gracias a los importantes antecedentes de crisis climática ya superadas.

Hitcher explica que las grandes líneas de acción en las políticas públicas están dibujadas en el Plan de la Patria, donde se propone una visión del manejo de los servicios públicos y el ambiente desde el ecosocialismo.

“Apenas salgamos de la crisis, hay que meterle inversión al plan, hacer la infraestructura. Allí está el plan para protegernos de los excesos del agua o de la sequía. La Asamblea Nacional puede revisar esta propuesta conjuntamente con los partidarios del gobierno, que se consulte a los colegios de ingenieros para que verifiquen el esfuerzo que implicó y el potencial que tiene esa planificación”.

T/ Diana Ovalles Márquez
F/ Archivo CO