Lucio Mendoza tiene 49 años y hasta diciembre de 2013 vivía junto a sus hijos en la parroquia Candelaria. Su sueño de una vivienda digna, a diferencia de la mayoría de las personas que son adjudicadas en los urbanismos construidos por la Gran Misión Vivienda Venezuela, se hizo realidad mediante la modalidad del 0800-MIHOGAR.
“Me inscribí en la Gran Misión Vivienda y en el 0800-MIHOGAR, tal y como lo indicó el presidente Chávez, con la fe de que la palabra del Comandante era cierta y de que yo realmente iba a obtener mi apartamento”, relata Mendoza.
En su opinión, “el Gobierno revolucionario cumple con las expectativas de muchas familias venezolanas, pero tomando siempre en consideración a aquellas personas que están en precarias condiciones”.
REVOLUCIÓN PARA TODOS
Mendoza es un abogado y profesor jubilado que engrosaba la lista de venezolanos que carecía de un techo propio, cansados de pagar una alquiler explotador o resignados a vivir con familiares en lugares pequeños en los que el hacinamiento es una constante.
Indicó que la llamada que cambiaría su vida llegó en mayo del año 2013, después de más de dos años de espera; sin embargo, asegura que nunca perdió la esperanza de que sería adjudicado.
“Me sentí reivindicado” afirma. “Creo que los venezolanos debemos vivir todos en una vivienda digna y ese es el norte que tiene esta Revolución. Es lo que se ha demostrado en los 15 años de este proceso de cambios”.
Asegura que el fin humanista de que impulsa “este sistema de cambios” no se compara con las motivaciones de los Gobierno anteriores a la llegada del comandare Chávez. Son dos cosas muy distintas; aquí el fin es el hombre, el ser humano”, sostiene.
Mendoza relata que pertenecía al colectivo integrado por vecinas y vecinos de Bellas Artes que promovieron la expropiación del terreno en el que hoy se erige el urbanismos Gigante de la Patria, y agrega que durante su construcción lucharon para que las familias involucradas fueran adjudicada en este lugar.
Manifiesta que la tarea no fue fácil. Fueron meses de contraloría social a las puertas de la obra, signados por la incertidumbre de la desinformación. Indica que en algunas oportunidades se presentaron profundas divergencias con las familias que provenían de los refugios, y que, al igual que ellos, reclamaban su derecho a habitar en el urbanismo.
“Eran roces que siempre fueron bienvenidos, pero que se lograron superar y ahora estamos engranados en un comité multifamiliar, donde cada uno de nosotros sabemos cual es el fin de lo que queremos hacer y trabajamos juntos para lograrlo”, explica.
“Yo agradezco por el cambio que ha vivido Venezuela en los últimos 15 años. Es algo que no se puede ocultar. En Venezuela vivió un hombre que nos enseñó qué es patria, nacionalidad y a querernos a nosotros mismos; ese hombre fue el presidente Chávez. Él nos enseñó a ver el país desde otra perspectiva y nos dijo que nosotros merecemos esto (una vivienda digna ) en un país tan rico como este”.
DETALLES
Las vecinas y los vecinos del urbanismos el Gigante de la Patria manifiestan que hay algunos detalles que deben ser corregidos; entre ellos, la culminación de la planta baja, que la constructora encargada dejó en obra limpia. También solicitan la reparación de una fuerte filtración que se inicia en los pisos superiores y que amenaza con deteriorar la edificación. Igualmente, esperan que sean terminado los trabajos de los locales comerciales.