El presidente de la República, Nicolás Maduro, aseguró este martes que cualquier decisión que tome el Ejecutivo sobre un posible ajuste en el precio de los combustibles internos, se hará con base en un criterio humanista.
«Sobre el criterio económico privará el criterio humanista socialista», afirmó en cadena de radio y televisión desde el Palacio de Miraflores, en Caracas,
No obstante indicó que los medios de comunicación internacionales quieren fijarle al gobierno su propia agenda frente a este tema de interés para el pueblo venezolano.
«Son tan osados que hasta le ponen el precio que deberían tener los combustibles, pero no somos chantajeables. Nosotros vivimos del trabajo y del deber para construir un proyecto de patria», dijo.
Destacó que el debate en torno a la necesidad de ajustar el precio de la gasolina y otros combustibles es un debate popular de miles y millones de venezolanos, y no de unas élites.
«No convirtamos a este debate en un espectáculo, en una noticia parta vender periódicos, sino en asunto de interés para fortalecer la industria petrolera, reducir el contrabando y el alto consumo pernicioso.
ABASTECIMIENTO SEGURO
En su alocución el jefe de Estado destacó el esfuerzo del gobierno bolivariano por seguir construyendo el sistema de abastecimiento seguro.
Reiteró la necesidad de hacer frente a las mafias que se encargan de acaparar y contrabandear los alimentos y artículos que tanto le cuesta producir al país.
«La justicia debe actuar como un hacha frente a las mafias», afirmó.
El jefe de Estado instó a impulsar el Sistema de Abastecimiento Seguro, que incluye la utilización de una tarjeta personalizada con chip, que permitirá identificar con estadísticas el consumo de los alimentos por familia y, al mismo tiempo, garantizará el acceso directo a los productos de la cesta básica a precios justos.
«Es una tarjeta liberadora para detectar al contrabandista y premiar al pueblo”, dijo.
De igual modo reiteró la voluntad del Ejecutivo a seguir desarrollando el sistema biométrico, mediante el cual se instalarán máquinas captahuellas en supermercados públicos y privados, como un instrumento para combatir el contrabando de extracción de alimentos y otros productos de primera necesidad, al identificar compras excesivas que se encuentren por encima de los estándares de consumo de los usuarios.