El sociólogo belga, Armad Mattelart, afirma que los medios de comunicación internacionales, sin querer, son aliados de los gobiernos de extrema derecha para manipular y justificar lo que denuncian sectores adversos al impulso algunas políticas sociales.
De acuerdo con el también experto en comunicación, “sirven de respaldo para estos discursos emergentes de la extrema derecha y esto es lo que me da más miedo; que no aparecen discursos enfrentados sobre la concepción de la vida, de la diversidad, de la inclusión”, resaltó.
Por ello, Mattelart considera que los medios norteamericanos han coadyuvado en la planificación de las estrategias que adelanta el Pentágono para intervenir en Venezuela e imponer un Gobierno acorde con el consenso de Washington (capital de EE.UU.) “los grandes medios occidentales se han puesto de acuerdo para condenar al Gobierno de Venezuela pero no al estadounidense”, aseguró.
“Creo que hay un plan del Pentágono y del Departamento de Estado de EE.UU. para derrocar y terminar con el gobierno chavista (..) a Estados Unidos le molesta que gobierne el chavismo en Venezuela desde un punto de vista geopolítico«, añadió el sociólogo tras acotar que la situación del país suramericano no puede compararse con regímenes de la dictadura.
Destacó además que los planes se orquestan con las finanzas de Estados Unidos que apoya a sectores de la oposición para perseguir objetivos políticos traducidos en dominio, “es una nueva guerra en contra de lo que ellos llaman el retorno de la subversión contra EE.UU. Es evidente que han repensado esto e incluso, cada vez tienen más estrategias de uso de las nuevas tecnologías para participar activamente”, aseveró Mattelart.
Desde el pasado 12 de febrero, grupos violentos orientados por la derecha venezolana han intentado desestabilizar el país, pero la nación suramericana ha recibido el apoyo de varias organizaciones que defienden las políticas del presidente Nicolás Maduro, ante los intereses de extranjeros.
Un ejemplo, son los integrantes de plataformas bolivarianas que se congregaron ciudad de Burgos (al norte de España), otros en Brasil, Kenia y Puerto rico que demostraron su respaldo a la Revolución Boliviariana.