El embajador de Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chardeton Matos, indicó este domingo que las mentiras y los ataques arreciarán estos últimos días contra la figura del presidente de la República, Hugo Chávez, quien buscará su reelección presidencial en los comicios del 7 de octubre.
«La derecha buscará golpear a Chávez por cualquier lado en estos últimos días de campaña electoral, intentando generar matrices de opinión adversas al Gobierno Nacional», dijo durante una entrevista en el programa TV Foro de Venezolana de Televisión.
En este sentido, manifestó que los derechistas están buscando la ocurrencia de hechos extraordinarios que impacten en la opinión pública para así producir sensibilidad en las personas y éstas cambien su opiniones políticas.
Por ello destacó que la mentira es parte de una metodología que utiliza el imperio capitalista para manipular en los ciudadanos.
Asimismo manifestó que aumentarán los mensajes y «guarimbas» en contra del Gobierno Nacional ya que la derecha se niega a reconocer el inmenso apoyo la revolución de parte del pueblo venezolano.
«En esta ultima etapa se van a multiplicar los montajes en contra del Gobierno, porque no pueden con la gran verdad que es el inmenso apoyo popular que tiene el presidente Hugo Chávez, y no pueden ocultar el hecho que es una democracia que avanza hacia la justicia social, y dicha justicia social hiere los intereses de estos grupos», aseveró.
PRESUNTA MATANZA YANOMAMI
Chardenton se refirió a la falsa noticia generada por medios de corporaciones mediáticas privadas sobre una supuesta matanza de 80 indígenas de la comunidad Yanomami, indicando que estos rumores son una matriz «que nos quieren imponer los medios manipulados por el imperio y la ultraderecha continental para fomentar que aquí en Venezuela no hay democracia».
«En el caso de los indígenas, de parte de la derecha y los capitalistas hay un profundo desprecio por ellos, son usados como objetos de laboratorios», aseveró.
Destacó que se han aprovechado de la condición de estos grupos de aborígenes para utilizarlos como elementos en una campaña electoral, y así generar desestabilización en el país.