Un climatólogo de la NASA lo calificó como Godzilla|El Niño ataca de nuevo a Venezuela y al mundo

El Niño viene, y viene más fuerte que nunca. Esta no es una advertencia para padres desesperados por madrugadas de juego infantil, sino para gobiernos, productores y tomadores de decisiones que deben prepararse para las consecuencias de este fenómeno.

El último boletín de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), del pasado 1 de septiembre, remarca que todos los indicadores de los océanos y la atmósfera muestran que viene “un episodio de El Niño de intensidad fuerte”, que se intensificará durante la segunda mitad de 2015.

Incluso, el reporte refleja que la intensidad máxima será alcanzada entre octubre de este año y enero de 2016. Esto “podría hacer que se convirtiera en uno de los cuatro episodios más fuertes de El Niño desde 1950”.

El Niño/Oscilación Sur (ENOS) es uno de los principales impulsores del sistema climático: contribuye con episodios extremos como sequías e inundaciones en diferentes partes del mundo y causa un aumento de la temperatura media a escala mundial, recuerda la OMM.

En un episodio de El Niño aumenta la temperatura de la superficie del mar “en la parte central y oriental del Pacífico tropical”. Para este periodo se espera un incremento de 2 grados centígrados, pero podría ser más.

AÑO CÁLIDO

Según reportes del organismo, 2014 había sido el año más cálido registrado, con “un calor oceánico sin precedentes y temperaturas de la superficie terrestre elevadas”. La tendencia se mantuvo en los primeros siete meses de 2015, “tiempo en el que se han registrado numerosos fenómenos extremos que han incluido desde inundaciones devastadoras hasta episodios de calor y sequía extremos”. También, fuertes huracanes.

David Carlson, director del Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC), copatrocinado por la OMM, afirmó que El Niño de 2015 es el primero que se ha producido desde la rápida fusión del hielo marino y del manto de nieve del Ártico, según reflejó una nota de prensa de la OMM.

«El último episodio de gran intensidad de El Niño fue en 1997-1998. El planeta ha cambiado mucho en 15 años», afirmó. «Hemos vivido años en los que se ha registrado un mínimo sin precedentes en la extensión del hielo marino en el Ártico. Hemos perdido una enorme extensión del manto de nieve en el hemisferio norte, probablemente más de un millón de kilómetros cuadrados en los últimos 15 años. Estamos trabajando en un planeta diferente y no acabamos de entender las nuevas tendencias que están surgiendo».

La OMM explica que “se registran condiciones más secas en Australia, Indonesia y el sureste y sur de Asia” y acota que países de la región “se están preparando de manera activa para afrontar la sequía”. Incluso, el Departamento de Meteorología de India, difundió un aviso de sequía. «Estamos observando que el monzón índico está siendo un 12% más bajo de lo normal. Nos queda solo un mes de la estación monzónica de verano, lo que hace difícil su recuperación», sostuvo Rupa Kumar Kolli, especialista del fenómeno El Niño para la OMM, de acuerdo con una nota de prensa.

“Desde América Central hasta las zonas del nordeste de América del Sur suelen registrarse condiciones secas. Es más probable que en la costa oeste de América del Sur se produzcan condiciones más húmedas de lo normal”, avizora el organismo.

EL GODZILLA

El climatólogo de la NASA Bill Patzert consideró que este es El Niño “Godzilla”, por la intensidad que lo caracterizará. “Los datos que tenemos nos indican que se trata de El Niño más fuerte desde 1997, pero obviamente los modelos climáticos solo pueden predecir lo que sucederá a unos pocos meses, así que hay que ser precavidos”, dijo Patzert de acuerdo con el diario ABC de España. En el mismo medio de comunicación, Antonio Mestre, jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología, manifiesta que en la actualidad “hay una anomalía térmica en las aguas superficiales del Pacífico en torno a 2ºC, y el escenario más probable es que en diciembre esa anomalía sea de 3ºC o más”.

La experiencia del pasado evidencia que países como Venezuela deben poner “sus barbas en remojo”. También según ABC, José Miguel Viñas, físico y consultor de la OMM, explica que entre 1997 y 1998, en algunas zonas del Pacífico, “el agua se sobrecalentó hasta 4 ºC por encima de la media”. Esto atizó lluvias torrenciales en algunas zonas y sequías en otras, con las consecuencias esperadas para la producción de alimentos.

Viñas no quiso hacer pronósticos, pero sí enfatizó que, debido a El Niño, habrá más desastres naturales. Y también recalcó que si el planeta está más cálido es razonable esperar Niños más fuertes.

¿Y VENEZUELA?

El ingeniero venezolano Alejandro Rodríguez Pernía, consultor de ARP Consultores, escribió en un análisis -difundido en agosto pasado- que El Niño impondrá la sequía en Venezuela. “Sus consecuencias atacan, con mayor ímpetu, el desarrollo de la agricultura vegetal y animal, las reservas de agua superficiales de nuestro uso común para las urbes, grandes y pequeñas, tanto como la de consumo animal; y las reservas de agua del suelo de igual importancia para los cultivos con que nos alimentamos todos”, expuso Rodríguez.

Entrevistado por el Correo del Orinoco, Rodríguez pidió entender “que ya tenemos tres años continuos de El Niño: 2013, 2014 y 2015. El año pasado fue moderado; el que va en curso se estima que será fuerte”.

En cuanto a las consecuencias, aseveró que “son catastróficas en varios sentido”, porque incluyen “pocas lluvias, o lluvias escasas a escala nacional, lo que incide en el desarrollo normal de la producción agrícola animal y vegetal, como lo hemos visto hasta ahora, con la afectación de la producción al 50% de nuestras capacidades”. El ingeniero sentencia -al responder un cuestionario para este diario- que esto incide, necesariamente, en la soberanía alimentaria y en las importaciones necesarias para compensar lo que no se produzca.

Estima que, desde hace 12 años, “los climatólogos han observado que se ha venido presentando un ciclo de dos años consecutivos La Niña y otro de El Niño, con la consecuente pérdida del año normal, aquel que recordamos todos: cuando llueve bien, pero sin excesos”.

Esos cambios han traído como consecuencia “tropiezos en la producción agrícola, porque estamos llevando nuestros esfuerzos en medio de fenómenos que no podemos manejar”.

-¿Tenemos sequía debido a El Niño? ¿La vamos a tener?

-El Niño es siempre sequía y La Niña es lo contrario: mucha agua o lluvias. Es por esto que, cuando aparece este fenómeno climatológico, estaremos afectados por poca densidad de lluvias en gran parte del país. Sin embargo, la región occidental -Táchira, Mérida, Trujillo, la zona oeste de Barinas y Apure, así como la zona del Sur del Lago de Maracaibo- tiene otra condición hídrica debido a la influencia de la Cuenca Central de Colombia, la cual hace que las lluvias de ese país se desplacen hacia esa gran región de Venezuela y tengan lluvias que inciden positivamente en la producción agrícola animal y vegetal.

POSIBLES ACCIONES

Rodríguez evalúa que, como el ciclo de siembra de cereales y forrajes para uso animal y humano ha sido complicado debido a la falta de lluvias, habrá “pocos recursos para alimentar” los animales de cría en el verano venezolano, entre noviembre de 2015 y marzo o abril de 2016. Con base en ello, plantea “un equipo de contingencia” que incluya a los ministerios de Agricultura y Alimentación, así como la Fuerza Armada, Pdvsa y las gobernaciones, “para la utilización de sus transportes en la dotación de agua en cisternas y para el traslado del bagazo de caña de los centrales azucareros”. Propone también que la distribución de estos insumos se haga en unos puntos específicos.

A corto plazo, el ingeniero expone -entre otras opciones- el suministro de agua en cisternas en las zonas más críticas; también, la dotación de forraje, alimento concentrado, melaza, caña de azúcar y subproductos de silos. Sumaría, igualmente, la renovación del programa de perforación de pozos subterráneos y lagunas, así como la renovación del programa nacional lagunero en los predios ganaderos.

Incluso, considera necesaria una ley habilitante para la emergencia agrícola nacional, o ampliar un capítulo en las normas del sector que ya existen, a fin de tomar en consideración estos fenómenos naturales que ya no serán coyunturales.

Ya a corto y mediano plazo, Rodríguez sugiere incorporar los sistemas de riego en la producción agrícola, “para poder sustentar de manera cierta el esfuerzo del hombre del campo y la soberanía alimentaria nacional”. En su criterio, se debería retomar un viejo proyecto perezjimenista: construir canales y presas para llenarlos con agua de las crecidas del río Orinoco, a fin de nutrir la zona sur de los estados Guárico y Anzoátegui.

“Debemos pensar en nuestras necesidades internas y su proyección al futuro, teniendo en cuenta que estas situaciones climáticas van a estar allí, durante la primera mitad del siglo XXI, como una espada de Damocles”.

Subraya que el país político “debe volcar, con mucha franqueza, su mirada hacia la producción agropecuaria nacional endógena, entendiendo su forma particular de crecimiento” y el necesario uso eficiente del tiempo. Para ello, aconseja acciones como la creación de las secretarías de desarrollo agroalimentario en las gobernaciones, así como las direcciones municipales de desarrollo agrícola en las alcaldías.

El Niño, Gozdilla o no, sigue su marcha. Y con ello, las consecuencias para el mundo, de las que Venezuela no escapará.

T/ Vanessa Davies
F/ EFE

LO EXPUESTO AQUÍ SUELE SER IGNORADO EN EL PAÍS COMO SI NADA ESTUVIERA PASANDO. ¿CUÁL UNIVERSIDAD O INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN ESTUDIA EL ASUNTO Y TIENE PROPOSICIÓN PARA PALIAR LA CRISIS ALIMENTARIA.EN EL CNU PRESENCIAMOS LAS SOLICITUDES INSISTENTES DEL MINISTRO FERNANDEZ PARA QUE LAS UNIVERSIDADES REPORTARAN SU PRODUCTIVIDAD Y HUBO MUCHOS DISCURSOS PERO NINGUN RECTOR O RECTORA ATINÓ A DECIR «MI UNIVERSIDAD PRODUCE TAL O CUAL COSA» PARA APORTAR ALIMENTOS AL PAÍS» BLA, BLA, BLA Y NADA MAS. MIGUEL REQUENA. PROF.JUBILADO UCV