Por Nelson Guzmán|Paz y soberanía (Opinión)

La oposición apuesta siempre al fracaso de las causas defendidas por la República Bolivariana de Venezuela. El proyecto de país de nuestra oposición es inexistente, solo conocen del golpismo. Ven el mundo con ojos imperiales, no son capaces de esgrimir la crítica. Nunca habíamos tenido un sector tan vinculado a la entrega a las trasnacionales de nuestros interese económicos y culturales.

A la derecha venezolana le parece estratosférico defender el medio ambiente, su único objetivo es gobernar incrementando el consumo de lo banal, de lo simple. A esta gente no le interesa la historia. Como Fukuyama podrían decir Dios ha muerto, se ha impuesto la tecnología. El Fondo Monetario Internacional les ha ofrecido 60 millones de dólares prestados para financiar al país si tuviesen la suerte de derrumbar a Nicolás Maduro. Esta gente tiene sus intereses en EEUU, no han sido capaces de denunciar a David Granger ante la barrabasada cometida al mandarle una foto trucada al Presidente de la ONU. Estados Unidos no pueden tener una posición objetiva en relación a la zona en reclamación, pues Guyana es su aliada. No lo pueden hacer, ellos son súbditos de los EEUU y David Granger un militar formado por ellos en la Escuela de las Américas..

El golpismo en Venezuela ha actuado ferozmente, desaparecieron la leche, el espagueti, la harina pan, los huevos, las medicinas, las fórmulas para bebe. No sólo el contrabando ha actuado en Venezuela para destruirla, sino las casas de cambios. Lo anterior es apoyado abiertamente por el Estado colombiano para quebrar nuestro signo monetario. Todas las fuerzas colombianas de la reacción y las norteamericanas intentan desbancar nuestra economía. Los colombianos y los venezolanos como países hemos andado por dos caminos diferentes en lo económico. La derecha neogranadina decidió reprimir y declararse intolerante su la población. Colombia vive una tragedia con la presencia de las fuerzas paramilitares.

La población colombiana se ha desplazado hacia Venezuela justamente porque vive una democracia imperfecta, buscan la justicia. Las fosas comunes son la expresión del atraso y la intolerancia política, este ritmo lo han impuesto parcialmente en nuestro país. Los niñitos de papá y mamá de Primero Justicia y de Voluntad Popular en contubernio con los adecos decidieron desconocer las elecciones donde fue elegido Nicolás Maduro. Como no aceptan la derrota decidieron bajar la orden a su base de desconocer esos comicios, sembraron al país de anarquía y de muerte. Los partidos políticos opuestos al socialismo no hicieron otra cosa que guardar silencio ante este zarpazo que dejó una estela larga de muertos. Leopoldo López no está preso por la mala conciencia de los socialistas, sino por el imaginario sangriento que defiende.

Esos constructos políticos de Leopoldo López meten de lado a los pobres, sueña con una democracia desarrollista y embrutecedora que decidió darle la espalda a los desheredados. El camino de Maduro es la paz, sus raíces ideológicas están hundidas en la defensa democrática y soberana de la idea de nación. No somos súbditos de nadie, desde el siglo XIX defendemos a la patria y la idea de República. Nuestra democracia es hija del pensamiento de la ilustración y del socialismo científico y libertario.