El presidente del Parlamento Latinoamericano (Parlatino) capítulo, Carolus Wimmer, denunció este lunes la campaña imperialista por parte de la industria farmacéutica y gobiernos capitalistas del mundo ante el virus del ébola, que ha cobrado la vida de más de 4.500 personas en África occidental y otros países.
Durante una entrevista concedida al programa Mesa Informativa, que transmite Venezolana de Televisión, Wimmer aseguró que el ébola en sí es una enfermedad conocida desde hace décadas, pero se encontraba en poblaciones rurales, razón por la cual no despertó un estimulo económico para la industria farmacéutica, pero ahora surgen vacunas experimentales de la nada.
Además, dijo, en la actualidad el virus ha llegado a países fuera del continente africano, lo que «afectó los intereses imperialistas» de Gobiernos que pretenden extraer las riquezas en esa región y pone en riesgo su sistema de salud.
Explicó que la epidemia de ébola se inició en tres de los países más pobres del mundo -Guinea, Sierra Leona y Nigeria-, que presentan un abandono en el sistema de salud y seguridad social, en contraste con las riquezas naturales, especialmente en recursos minerales, que allí se encuentran y que representan uno de los mayores intereses de los gobiernos capitalistas del mundo.
Comentó que Guinea, Sierra Leona y Nigeria son países semicoloniales controlados por Estados Unidos, Francia e Inglaterra, que prestan «pleno apoyo a las transnacionales en minería y otras áreas, que explotan y saquean a esos países» de África, recibiendo además apoyo militar.
Por otra parte, repudió el envió de tropas norteamericanas a territorio africano para supuestamente combatir el ébola, en contraste con los 165 médicos enviados por Cuba para prestar apoyo a los enfermos.
Un país «con tantas dificultades» como tiene Cuba es capaz de ayudar a esos pueblos en África, reflexionó, al tiempo que aclaró que Estados Unidos pretende colocar bases militares y enviar tropas para aprovecharse de la tragedia y luego saquear las riquezas de ese territorio.
«Cada vez más utilizan esas tragedias momentáneas, como el hambre o las enfermedades, para tener control militar, para colocar también sus empresas transnacionales, y especialmente las mineras, con el fin de saquear esos países».
Aseveró que para terminar con la enfermedad es necesario erradicar la pobreza y el modelo capitalista de la sociedad, para que «los derechos humanos se extiendan y se respete la soberanía de los países».