El Sur también existe | Lo que ella es (Opinión)

Ella es una flor ceniza, un caudal de río que me atraviesa. Es el canto matutino de las aves en la ventana, la noche serena, la respiración acompasada con mi corazón. Ella es un territorio de amor infinito, terrible en su inmensidad, que llega y me arrebata.

Ella trajo los sueños, las certidumbres y las angustias. Es un arrebato, una locura, ella tiene sabor a mango y mora. Me trae sentimientos como olas, que se mezclan con la arena y se hace una con ella. Es el metal pesado y la brisa ligera. Me resignifica, me territorializa, me enloquece, me enmudece. Ella es la mujer que amo y es la Matria. Es la madre de los hijos del mundo, es música que suena como el viento en la ventana; a veces aúlla como lobo, otras como voz ancestral que nos dice el camino o nos sanciona cuando lo perdemos.

Es una montaña alta. A veces nos lanza en un descenso vertiginoso, otras nos pone a subir su cuesta, en la que siempre, al final, coronamos el placer de alcanzar la cúspide. Un éxtasis supremo, bajar a sus valles y subir a sus cimas. Beber de sus manantiales, rozar la suavidad de la grama con los pies descalzos.

Hay en ella regiones diversas, unas son peligrosas, otras pueden llevarte a la locura, a la fascinación total, a no querer salir nunca de ellas, otras te dan serenidad y traen la paz al corazón. El alma se regocija. Ella es la madre de tus hijos, del futuro.

¡Así es la Patria, es como la mujer amada! Hay que defenderla de los que solo quieren manosearla, como lo alertaba Alí Primera. Por ella se toman las armas, porque bien vale la vida. En estos momentos, en los que la amenaza imperial muestra sus garras, es valioso ver a compatriotas que ponen a un costado sus visiones contrarias al Gobierno, para plegarse a defenderla.

Dicen que en 1902 José Gregorio Hernández se presentó para alistarse a defender a Venezuela de la acción de guerra que las potencias mundiales nos impusieron con el bloqueo marítimo. A la hora de las definiciones las medias tintas no tienen cabida. O se le ama o se le traiciona. Cada quien que juegue su papel en la historia.

Por mi parte, soy hombre que nací para amar. Y amo a la mujer con la que amanezco cada mañana, como amo a la Patria que respiro en el rumor de la noche.

T/ Ramón Alirio Contreras

Camarada Contreras tremendo escrito, para que en estos momentos no existan NI NI, pues cuando la patria nos necesita , nuestras madres nos deben apoyar e incluso sumarse al ejercito para defenderla.