El sentido de pertenencia por las cosas que hemos logrado dentro de la Revolución Bolivariana parece estar perdiendo importancia.
En un recorrido por los Abastos Bicentenario y algunos locales de Pdval pude evidenciar el estado del deterioro de los establecimientos y constatar que nosotros mismos hacemos que los ataques de la derecha sean más sencillos y argumentados.
Neveras descompuestas, anaqueles llenos del mismo producto, pisos y techos sucios a la espera que “papá Gobierno” o el presidente obrero Nicolás Maduro venga con una varita mágica y pongan todo en orden para que lo vuelvan a dañar.
Los responsables de estos establecimientos parecen no tener conciencia del valor y sacrificio que hace el Ejecutivo Nacional para hacer posible la Misión Alimentación.
Juramentan a cientos de fiscales y al parecer no les importa que un establecimiento recuperado por la Revolución presente una estética adecuada, una imagen más bonita, mostrando lo que realmente la Revolución debe hacer: ¡mejorar las cosas y ponerlas al servicio del pueblo!
Sirva este aporte semanal para lograr crear una reflexión en los responsables, a los que le destinan recursos para el mejoramiento y abastecimiento de los establecimientos que expenden alimentos: ¡ya basta de tanta ignominia por parte de trabajadores que dicen ser “chavistas”, “leales al presidente Maduro”! y maltratan al usuario por el simple hecho de que estos reclaman un derecho consagrado en la Constitución.
Lo dijo el comandante Hugo Chávez en su “Golpe de Timón”: “Cuando alguien le pone socialista a algún establecimiento, ese es el primer sospechoso”.
Que pereza da escuchar a tantos políticos “nuestros” hablando en nombre del pueblo, mientras nosotros como Gobierno, de alguna u otra forma, tenemos a ese mismo pueblo haciendo colas por no saber poner en cintura lo que Chávez hace rato hubiese puesto. El saboteo bien es sabido viene de la derecha, ¿pero cuantos contagiados tenemos en nuestras filas?
Ya el pueblo está escribiendo de otra manera y eso se debe a que el pueblo está viendo las cosas de otra manera, disciplinados y leales hasta los huesos.
Entregamos la vida por Chávez, Nicolás y la Revolución si es necesario, pero que todo sacrificio valga siempre la alegría y no la pena camaradas.
¡Basta de tanta cháchara es hora de ser y hacer Revolución!
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