“Para combatir la guerra económica se debe modificar el patrón de distribución de los alimentos”, recalcó el vicepresidente sectorial de Planificación Ricardo Menéndez, en su charla durante un foro sobre este flagelo que ataca al país, realizado en la Escuela Venezolana de Planificación, situada en La Rinconada de Caracas.
El funcionario público también indicó que los desafíos “se enmarcan en la construcción de un Estado socialista en el que los mecanismos de distribución y logística estén bajo el control de la sociedad, así como la apropiación de la renta para el control de los precios”.
“Uno de los desafíos es modificar el patrón de distribución, asumiendo la capacidad de administración de lo que se tiene, para que los niveles de intermediación sean menores, que sea una distribución directa de los productores a los consumidores. La clave del nuevo sistema de distribución son los Comités Locales de Abastecimiento y Distribución (CLAP)”, argumentó Menéndez.
Analizó que para liquidar la guerra económica, se debe tomar en cuenta la economía local y economía subregional: “En el primer caso desarrollo de capacidades locales dentro de un nuevo sistema de sostén, que le dé una lógica de escala. Por ejemplo, no puede haber ninguna empresa comunal que vaya a comprar a los cinco grandes revendedores de telas los productos que tienen que ir para los CLAP, y atender el inicio del año escolar y que todo niño tenga su uniforme, zapatos y útiles escolares y que no se lo coma la inflación y la gran victoria que nosotros vamos a tener al inicio del próximo semestre es que se incremente la escolaridad en nuestro país”.
MÁS EFICIENCIA
Recalcó que debe haber eficiencia en la inversión y protección social: “Los útiles escolares que van a salir ahora, deben venir del precio de las unidades de producción y haciéndole un bypass completo a los que están especulando, porque a medida que podamos cerrar el camino de la especulación, estamos secándole los recursos de los adversarios del pueblo”.
En cuanto a la economía subregional, “no puede haber diversificación del aparato productivo. No es posible que cada subregión de los llanos desarrolle su potencial; o que los andes asuma las subregiones internas para hacer el café, llevar a la horticultura a piso alto, no es posible si no hay una dinámica distinta de la economía subregional”.
El también Ministro de Planificación argumentó que “se le debe cortar las líneas de abastecimiento a el enemigo, ya que, generan un metabolismo del capital. Esas líneas de abastecimiento son los dólares que le pertenecen toda la república; o los incrementos salariales que ellos se tratan de robar con los precios; o los recursos que nosotros damos para comprar materias primas y que no llegan a los productores”.
Destacó además que hay que prestar especial atención “a los bachaqueros corporativos, que son los dueños de las grandes empresas, quienes simplifican la producción de productos y venden a precios especulativos. Hay que denunciar a los bachaqueros corporativos, esos grandes monopolios que son los responsables y son los adversarios de la guerra que se ha creado en contra de nuestro pueblo”.
“Hay algo que si es concluyente: un dato que es definitorio en los análisis que hemos hecho, y es que lo que normalmente se conoce en la calle como bachaqueo, lo que la gente asocia al comercio informal, es ínfimo su nivel de impacto en relación a lo que llamamos el bachaqueo de cuello blanco. Esta práctica ilegal no sobrepasa del 3%. Son las empresas las que perturban los canales de comercialización”.
Informó que las grandes empresas no justifican el destino de aproximadamente 40% de su producción por ser despachos menores de 500 kilos que no cuentan con las guías de movilización correspondientes, “por lo que son comercializados por los caminos verdes”.