Uno de los homenajeados en el XIII Festival Mundial de Poesía|Tarek William Saab: “Aunque he tenido cargos devoradores nunca he dejado de escribir poesía”

Lluvia fue el primer poema que escribió en sus años de adolescencia en El Tigre, estado Anzoátegui, cuando cursaba tercer año de bachillerato y en un salón de clase “mientras escuchaba una fastidiosa clase de física” le vino la musa “del aburrimiento”. Lo redactó en el cuaderno de clases, pero no lo guardó después, “aunque no era gran cosa, tampoco era tan malo”.

Cuatro décadas después es uno de los bardos homenajeados desde hoy en el XIII Festival Mundial de Poesía, que se celebrará en varias del ciudades de Venezuela. El hoy Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, lee casi diariamente poesía: “Desde siempre los libros de novelas, cuentos y crónicas corren fácil, pero no un poemario. Publicar poesía, los recitales y la difusión es difícil hoy en día, pero eso tiene una ventaja también, porque hay un mayor esfuerzo por trascender”.

Considera que los festivales de poesía tienen su importancia “porque aparte de lo que se difunde en entrevistas, escritos, tienes la oportunidad del contacto directo con la gente, por lo tanto sin duda estos eventos son una gran ganancia para los poetas y escritores”.

Está de acuerdo que el festival venezolano está abierto a cualquier ideología, “ya que en esta edición participan cerca de cuarenta países, lo que es una oportunidad de encontrarse con diferentes pensamientos. Además, a ningunos de esos poetas nacionales e internacionales le piden un carnet ideológico. Únicamente se toma en cuenta su tradición poética, su trayectoria, su amor a la poesía”.

Considera que en estos eventos no solo hay recitales de poesía, sino también foros, presentaciones de libros, homenajes: “En cualquier festival tienes la oportunidad de compartir con grandes poetas. Recuerdo al primero que fui en Malagá, España, en 1993 y que duró tres semanas y tenías que concursar para participar. Pude compartir con José Saramago, Mario Benedetti, Juan Goytisolo, Ana María Matute, Jorge Amado y otros. ¿Cuándo los hubiera conocido? Me tocó entrevistar a Benedetti y Goytisolo, cuyas entrevistas las publiqué en los papeles literarios de Ultimas Noticias y El Nacional. Calcula entonces lo que es encontrarse en ese tipo de festivales”.

TATUAJES

Se ríe cuando le pregunta si los tatuajes que tienen en el cuerpo son producto de una inspiración poética: “Tengo muchos. Puede ser, en uno de los más antiguos que tengo está el del símbolo de la paz. Creo que debo tener más de setenta tatuajes en el cuerpo. Creo que los símbolos budistas, los paisajes, los retratos de mis hijos son algo poético. Comencé a tatuarme a los 19, 20 años”.

Las lecturas que lo influyeron las empezó siendo liceísta en segundo año y con trece de edad, “lo que fue importante para mi. Antes a los diez años comencé a leer biografías del Che Guevera, Nasser y Bolívar, entre otros. Lo de la poesía fue en el liceo, a referenciales como Herman Hesse. De hecho, me acercó al budismo por el libro Sidharta de Hesse. Todos sus libros los leí seguido. Luego Khalil Gibran, el poeta libanés con El Loco, El Vagabundo, El Profeta Y Fredirich Nietzche con Asi hablaba Zaratrusta. Aunque la mayoría de ellos murieron antes de los cincuenta fueron retomados en los sesenta por el movimiento hippie. Tenían una prosa poética y tu obligatoriamente debías leer otras cosas”.

Esas “otras cosas” fueron La Ilíada y La Odisea de Homero; La Divina Comedia de Dante, Confucio por lo que decidió estudiar filosofía y letras en Mérida, donde compartió con Ramón Palomares, entre otros. Se retiró a los dos años de la carrera, “porque como decía el Chino Valera Mora en uno de sus poemas huid de las escuelas de letras, ahí es todo indodoro, incoloro e insípido. Y es verdad, aunque leí ese poema después. Habían materias pesadas y descubrí que esta carrera no me iba ayudar a ser mejor poeta”.

También se identifica con el trabajo de André Breton, Charles Bauudelaire y otros. Los noventa terminó de afianzarlo en el camino de la poesía: “Estoy trabajando una poesía que recoge toda la instropección desde una perspectiva que, dentro de lo sufrido doliente que puede ser la vida, tiene una religiosidad no dogmática, de una fe, teniendo todavía vivos los temas del amor, la muerte, la vida, la resurrección, la mujer, el paisaje, todo eso está en mi poesía”.

NADA OPACADO

Cuando le inquieren que su carrera política parece haber opacado su vida poética, soltó que “nunca tuve ningún complejo de trabajar esas dos cosas. No tengo esa dicotomía que alguna gente pudiera observar y los respeto. Acaso no me ha ayudado a ser poeta el ser un escritor de vocación. Todas las casas en donde he vivido están llenos de libros. La pregunta sería ¿qué sería del Tarek con una visión humanista, socialista, de derechos humanos sino hubiera sido poeta? Creo que hubiera sido un político más clásico y heterodoxo. He sido un político a contracorriente, diferente dentro de la perspectiva del servidor público”.

Señala que le saca tiempo al tiempo para escribir poesía, “aunque he tenido cargos devoradores. Fíjate lo que es ser gobernador de Anzoátegui durante ocho años, ser Defensor del Pueblo, no he dejado de leer poesía, de releer, de escribir poesía”.

También suelta una sonrisa cuando le indican que muchos poetas hoy en día no lo leen porque lo consideran chavista: “Que tipo de poetas tan intolerantes son. Que dirían si fuera un indio soix, un camboyano, un chicano. No me leerían por mi condición, por mi raza. Se dan cuenta de que es lo mismo. Y es verdad porque me ha tocado la intolerancia de gente que dice ser poeta. Te cuento un caso. Sé del caso de un poeta que iba a participar en un foro donde yo también estaba, pero se negó a estar si yo estaba. En mi caso, me preguntaron que habían confirmado fulano o zutano, no me importaba la convicción política que tenían. Eso dice muy mal de las lecturas de esos poetas y escritores. Por naturaleza un poeta, un escritor, un humanista no puede declinar nada: ni una opción religiosa, de raza, política. No puede declinar nada, Al final, la poesía debe ser hecha para todos. Creo que es una minoría muy, muy pequeña”.

T/Eduardo Chapellín
F/Jonathan Manzano

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