Por Luis Pino Araque|Tibisay Lucena y nada más (Opinión)

No sin pena cualquier hombre de familia que se respete se refiere o dirige a esta dama por el agravio tan bajo del que fue objeto, por un par de…, eso, unos pequeños seres que ofendieron no solo a la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, sino a todas las mujeres de Venezuela y el mundo, con tan abyectas palabras de quienes se predican como “diplomáticos” y se dan en llamar “embajador”, porque ellos fueron eso, los embajadores de la bastardía política en la llamada IV República.

De esa lacra social hay –no solo rémoras- sino también, con pena y profundo dolor, hemos de decir que nuestras universidades siguen formando ese tipo de lacra social, porque fueron diseñadas al servicio del Estado burgués, con sus vicios, como la misoginia, la homofobia, el racismo, cipridófobos y, finalmente, misántropos que no se quieren a sí mismos.

El caso es que Venezuela hace rato decidió cambiar y aprendió a amar, respetar y asumir al sujeto femenino, a la mujer, tal cual es y nada más, sin más ni menos, sin moldes y sin idealizaciones, más allá de nuestras aprehensiones culturales que aún arrastramos del pasado, pero que estamos empezando a superar, gracias a un gran feminista, el comandante Hugo Chávez.

Chávez con su prédica no hizo más que reconocer a nuestra mujer venezolana emancipada, la que es y como es, lo que hoy se reafirma y ratifica en dos hechos concretos.

El primero, en la decisión y propuesta del presidente Nicolás Maduro, quien planteó equidad en las elecciones primarias del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en donde respetemos -no que les demos- el espacio que se han labrado las mujeres en la política y en el quehacer de nuestra vida social.

El segundo, histórico y determinante paso, para todas las generaciones que vendrán hasta los confines de los tiempos, tiene que ver con la Resolución que lideró otra mujer, Tibisay Lucena, así tan sencilla, ponderada y determinada como es ella.

Se trata, pues, de un hecho sin precedente en la historia venezolana y mundial: la paridad en la participación electoral de la mujer y el hombre sin revanchismo, sin complejos y sin traumas, lo que nos depara un futuro mejor cada día, en la medida en que los hombres aprendamos más a ser feministas, a regocijarnos en la mujer, como es ella, lo que seguramente, hará que en esta tierra de gracia el ejemplo de Tibisay Lucena dio se multiplique en millones.

@l2pino2

cuando ganar algun comicio electoral contraten a esta señora…es muy buena en todo sus trabajo su mas reciente logro son las elecciones presindenciales pasadas en la cual gano maduro..(segun)