La Universidad Simón Bolívar, de acuerdo con su rector, el profesor Enrique Planchart, presenta en este momento una serie de problemas debido al déficit presupuestario de los últimos años. Señala que el presupuesto demandado por esta institución universitaria para 2016 es de 8 mil millones de bolívares, pero la cuota aprobada por el Gobierno fue de 1.500 millones; “es decir, 15% del total requerido”.
En la Universidad Central de Venezuela (UCV) la situación no es menos complicada. Según Víctor Márquez, presidente de la Apucv, el déficit presupuestario causa graves problemas a la institución. El año pasado, el vicerrectorado académico alertó que el presupuesto para 2015 era de 79.836.924,73 bolívares, pero el monto aprobado fue de 38.878.396,00, generando un déficit de 40.958.528,73 bolívares.
Para 2016 la UCV contará solo con 32,6% del total solicitado. Bernardo Méndez, vicerrector administrativo de esta universidad, anunció que, de acuerdo con una notificación de pre cuota presupuestaria, este año les autorizaron solo 4 millardos de bolívares de los 13 que habían solicitado. Agregó que en esa pre cuota “no se estimaron recursos para mantenimiento de infraestructura”.
USB SIN COMEDOR
Entre las consecuencias por la falta de dinero, Planchart destaca el cierre del servicio de comedor de la USB. “Los profesores han hecho un paro porque se acabó el dinero para los comedores. Tenemos una deuda de más de 14 millones de bolívares con los proveedores que no vamos a poder pagar, simplemente porque el dinero no nos llega”, precisó.
Reclaman que el Ministerio de Educación Universitaria no ha reconocido el costo de la bandeja de alimentos, que es ofrecida por varios concesionarios, dado que desde principios de 2015 la pagan a 113 bolívares, pese a que el valor para esa fecha era de 180 bolívares, y en la actualidad, debido al alto índice de inflación, alcanza los 260 bolívares.
NUEVAS ASIGNACIONES
A eso suma la complicación que genera, en materia de gastos, la asignación de cupos hecha por el Ministerio de Educación Universitaria. “A través del ministerio fueron asignados 2042 estudiantes a la universidad, adicional a los que ingresaron por la vía regular, y eso es el doble de lo que nosotros recibimos normalmente”, expresó.
El rector plantea que por este año solo podrán recibir a mil estudiantes, del total asignado por el MEU, “y los otros irán entrando durante el próximo año”, en la medida que el Ejecutivo les otorgue los recursos para poderlos atender, que en su criterio se traducen en “profesores, autobuses y comedor”, entre otros.
Asegura que a muchos de esos jóvenes “el gobierno les ha dicho que podían ingresar a la Universidad Simón Bolívar y se les ha creado una expectativa”, pero dice estar seguro de que cuando los mismos presenten la prueba diagnóstica, una gran mayoría de ellos “no va a estar preparada” para ingresar a las carreras de la USB. “Pongo mis manos en el fuego porque va a ser así”, sentenció.
Frente a ese escenario, afirma que lo más justo “es buscar la manera de que puedan prepararse para que ingresen el próximo año”, ya no en el mes de septiembre, como correspondería, sino en diciembre, “por los acontecimientos que estamos viendo”. Un curso propedéutico, en su opinión, “les permitiría terminar su formación y darle un chance real de hacer vida en la USB, porque hasta ahora lo que el ministerio les ha ofrecido es una mentira”.
ESCENARIO CRÍTICO
En opinión de Jesús Valerio, presidente de la Federación de Centro de Estudiantes de la Universidad Simón Bolívar, el escenario en esa casa de estudios es bien crítico. “Desde 2007 el presupuesto universitario no se ha aumentado y la universidad ha ido desmejorándose”, fustigó. En la actualidad, añade el estudiante, la situación se ha complicado mucho más, “al punto de que el salario de los profesores es paupérrimo, y eso también pasa con los trabajadores y los obreros”. Debido a todas estas situaciones, esgrime, “la universidad está a punto de un cierre técnico”.
Señala que en la federación no están de acuerdo con perder clases, pero más allá de ese criterio apoyarán cualquier decisión que se tome en beneficio de las y los docentes: “No creemos en un paro de profesores, porque nosotros somos quienes queremos recibir la educación, sin embargo, apoyamos y comprendemos la lucha de los profesores universitarios”. En tal sentido, manifestó que darán su respaldo, no solo a las y los docentes en la lucha por la defensa de sus derechos, sino también a los empleados y obreros, sin descuidar la lucha por las reivindicaciones estudiantiles y universitarias en general.
Sobre la posibilidad de interrumpir las actividades en la USB, Leonardo Carballo, representante del Sindicato de Trabajadores Administrativos de esta universidad, manifestó su total rechazo a este tipo de acciones. “Nosotros no vamos a paro porque tenemos unas reglas muy claras: si somos una federación que la componen 127 organizaciones sindicales, se acuerda un contrato y se consultan a esas 127 organizaciones, de las cuales, 100 dicen que les parece bueno, esa posición es la que gana”, sentenció.