La violencia permea los lugares donde hay situaciones de desigualdad de poder y el espacio virtual también tiene unas características que pueden promoverla o inhibirla, expone Milagros Fagúndez, psicóloga clínica y psicoanalista.
Reseña que ahí circulan fotografías y videos de adolescentes que filtran otros compañeros de clases, “sobre todo cuando son de contenido sexual o íntimo”. En los chats de internet, añade, también pueden presentarse agresiones por medio de la burla o el acecho hacia algunos jóvenes.
La especialista aclara que “no es el espacio virtual en sí mismo el que genera la violencia, como muchas veces la gente lo entiende, sino que eso depende del uso que se le dé”. La mejor manera de prevenir el acoso escolar, infiere, es utilizar la red de manera creativa.
LOS VÍNCULOS Y LA RED
“La idea es valerse de esta herramienta que permite enriquecer los vínculos porque ofrece todo un mundo de información y oportunidades que no necesariamente se tienen en el aquí y el ahora”, priorizó.
En ese sentido, precisa que hay que “reutilizar el ciberespacio y comenzar enseñarles a las y los jóvenes que significa el hecho de vincularse por internet, pero rescatando el vínculo personal”.
Vincularse por internet de una manera diferente a la que se vincula personalmente es posible gracias a la permisividad para insultar que brinda el anonimato garantizado a través del espacio virtual, explicó. Presencialmente, pudiesen utilizarse otros controles menos agresivos para manejar la situación.
Aduce la profesional de la psicología que con internet sucede lo mismo que con la sexualidad: “La gente espera para hablar de eso cuando ya tiene al fenómeno justo al frente”.
Muchas veces el control no es un mecanismo efectivo, ponderó. Por tal motivo, piensa que si se le permite a las y los jóvenes acceder a otros espacios, dejándoles entender que hay otras formas de relacionarse distintas al internet, ellos van a poder escoger porque dispondrán de varias opciones.
No obstante, alega que los niveles de inseguridad que hay en la calle mantienen a muchos adolescentes encerrados en sus casas, y en ese contexto, el hecho de conectarse a internet se convierte en una necesidad social natural, por tanto no se puede satanizar al internet.
BLOQUEANDO LA VIOLENCIA
Alexander Ibarra, psicólogo clínico y profesor del Centro de Asesoramiento de Desarrollo Humano de la Universidad Católica Andrés Bello, dice que hay que dar a conocer entre las y los adolescentes las herramientas de las que disponen las distintas aplicaciones virtuales, para controlar la manera cómo se quieren mostrar ellos mismos en la red, y así no esperar a que otros lo hagan por ellos.
Al adentrarse en ese conocimiento, reitera, estos comenzarán a darle otro uso al espacio, aprenderán a cuidar su confidencialidad y decidirán quién ve la información que quieren mostrar. También podrán identificar el tipo de aplicaciones con las que desean vincularse. “Esos elementos reducen la conexión con personas extrañas que podrían ser de riesgo”, pormenorizó.
Estadísticas de la UCAB comentadas por el psicólogo Juan Carlos Carreño, integrante de la unidad de Asesoramiento de Desarrollo Humano de esa casa de estudios, dan cuenta de que la gran mayoría de la población juvenil conoce las redes y un porcentaje menor identifica los elementos mínimos de protección dentro de ellas.
Cabe destacar que en la universidad se realizó esta semana una actividad para debatir la violencia escolar.
NO ES PROHIBICIÓN
Lo que menos se conoce en términos numéricos, contrasta el investigador, “son los mecanismos que tienen cada una de las aplicaciones virtuales para hacer bloqueo social de las redes”. Hablar de bloqueo en las redes, según el psicólogo, “no implica prohibición, se trata más bien de dar una orientación para aprender a utilizarlas y bloquear la violencia dentro de ellas”, vociferó.
En las instituciones educativas hay múltiples programas de aprendizaje, pero no hay nada dedicado, ni de forma obligatoria ni opcional, a la protección en redes sociales, criticó el experto. Al igual que sucede con el tema sexual, cuando no ofrece orientación de forma preventiva en materia de internet, luego pueden haber consecuencias. “Hay que estar preparados para cuando nos interese”.
Para el acoso escolar en las redes sociales el tema del bloqueo de la violencia es vital. “Quien agrede a un tercero, lo está haciendo en gran medida para el beneficio del testigo, que es quien celebra, aplaude y le ríe el acto, pero si se bloquea ese premio social que tiene esa situación de maltrato, se limitan las posibilidades de que se siga haciendo. En las redes sucede lo mismo”, ejemplificó.
El dominio de estas herramientas, complementa Ibarra, debe darse en lo cotidiano y no meramente por un episodio específico, “porque si no se está preparado para cuando se presente algún incidente, la alarma es mucho mayor”.