Plamear y Macareo de Dhaveline Lezama|Vanguardia en la juventud revolucionaria (Opinión)

Durante la marcha del pasado lunes con la que se celebraron los 15 años de nuestra Constitución, se contó con la participación de un nutrido grupo de jóvenes que me conminó a saber el nivel de compromiso que tienen con el proceso.

Me refiero a una juventud que tiene la obligación de cumplir casi a cabalidad el plan de la patria, que tiene prohibido dormirse en los laureles y que no se deje manipular por los “amigos”.

En el momento histórico que se está viviendo, está prohibido equivocarse. Desde el punto de vista que lo observo, creo que nunca antes habíamos estado en un punto donde se necesita de una impecable lucidez política para continuar en esta lucha de resistencia que inició hace casi 16 años.

Actualmente, debemos estar muy bien informados y realmente hacer el trabajo de escuchar y reflexionar en la palabra emanada por el presidente Nicolás Maduro, de lo contrario quedará demostrado que continúa prevaleciendo el egoísmo, el interés y las absurdas ansias de poder al momento de ocupar cargos o desempeñar otras funciones.

En este sentido, la juventud de Bolívar, Miranda y Chávez, tiene la obligación de ser más eficiente y efectiva en cualquier cargo que ocupe; está prohibido ser ineficiente, ineficaz y soportar el conformismo cuando se es joven.

Si quieren un ejemplo, el comandante Hugo Chávez fue el mejor de todos. Dentro de sus innumerables ocupaciones siempre buscaba la manera de leer y estar informado; siempre un mensaje nuevo de algún libro de cabecera, siempre una reflexión, una idea.

Es que para estar informado o saber respecto a un tema, no es necesario leerse libros extensos, en un artículo de prensa, electrónico, películas, documentales, u otro medio posible, te puedes formar; el tema está en que si dejas de leer, de formarte, simplemente estarás convertido en un autómata y repetirás consignas que ni siquiera sabes porqué la estás diciendo.

Por lo tanto, se debe rechazar cualquier tipo de conformismo o desidia que pueda existir en esta juventud revolucionaria, la muchachada, o mejor aún: la Generación de Oro. Caer en eso sería una falta de respeto a un juramento que de nada valió hacerle a Chávez.

No podemos permitir que jóvenes que se rasguen las vestiduras por este proceso, ocupen lugares importantes simplemente por el hecho de ser revolucionarios, justo ahora vivimos en el momento preciso para tener una juventud que sea vanguardia.

dhaveline16@gmail.com