Por Alfredo Carquez|Violencia invisible (Opinión)

Hace apenas un poco mas de una semana jóvenes de la oposición se dedicaron a apalear a una mujer policía, la verdad no eran palos sino tubos. Hubo golpes y patadas en contra de la funcionaria que se salvó -gracias a la aparición de un ciudadano consciente- de ser finalmente ejecutada con una piedra de gran tamaño que de seguro iba dirigida a su cabeza.

No recuerdo de mi época de liceísta ni de estudiante universitario que ocurriera una acción como esta, llena de odio desmedido, brutal casi cinematográfico…no de parte de quienes salíamos a protestar en las calles. Y si en esos años se hubiese producido algo similar, sin duda alguna esa acción hubiese sido reflejada al siguiente día en los titulares de primera página de todos los medios y en las noticias de apertura de los noticieros de radio y televisión.

Pero en el mundo patas para arriba en el que vivimos la manipulación trata de someter a la veracidad sin tregua alguna. El día de la marcha convocada por la Coordinadora Democrática devenida en MUD, en una televisora que puja porque el Estado le firme una concesión de la cual se cree dueña por derecho, un reportero decía que “la Policía Nacional Bolivariana estaba llevándose detenidas a personas de la tercera edad”, mientras mostraba imágenes de dos apresados que no superaban los 40 años.

Y en la mañana siguiente, antes de pasar a relatar las informaciones, en el mismo canal televisivo se habló de “uso desmedido de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad”, para luego hacer una especie de reflexión-regañito dirigido a esos muchachos revoltosos que tal vez andan por la vida buscando a quien linchar como ejercicio libertario y democrático. Y si eso es estando en la oposición, cómo sería si estuviesen en el Gobierno.

Desde hace muchos años había que ponerle coto a este tipo de expresiones que tienen como objetivo desatar la violencia por parte de quienes ocupan la otra acera. Y aunque hay retraso en esa tarea, aun hay tiempo para llevarla a cabo. No se puede jugar con fuego sin correr el riesgo de llegar a sufrir alguna quemadura. Y en este asunto los medios de comunicación tienen mucho que aportar, condenando la violencia y no haciéndola invisible si esta surge del lado de alguno de sus patrocinantes.

alfredo.carquez@gmail.com