Es fundamental que en Venezuela se impulse un sistema científico y tecnológico, que permita a las producciones venezolanas ser competitivas para el exterior, expresó el filósofo y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Vladimir Lazo García, en su ponencia La respuesta de la clase trabajadora al fracaso de la burguesía venezolana. Esta es “la única manera en que el Estado y la sociedad venezolana no se inunde de mercancías que nosotros deberíamos producir; entonces, lo que hacemos es importar”, añadió.
La exposición, a la que asistió el Correo del Orinoco, la hizo Lazo García el pasado martes, en la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg). La actividad forma parte del ciclo de conferencias: El capitalismo y los golpes de Estado, organizado por la Escuela Clasista Daniel De León de las Trabajadoras y Trabajadores.
Lazo sostuvo que el Estado y la sociedad venezolana corren el riesgo de estacionarse, “como estamos estacionados desde el año 1988”, ya que no ha habido un incremento de las plantas industriales propias en el país. “No se han concretado las tecnologías y las ciencias, ni patentes. Una sociedad sin esto, se estanca”, expresó.
El profesor aseguró que, desde el punto de vista del desarrollo industrial, “obviamente Venezuela está estancada”. Apuntó que las universidades, en particular “la Universidad Central de Venezuela, que es la que conozco, no produce investigaciones orgánicas que se viertan en un sistema industrial; que sean utilizada para producir mercancías más baratas que las mercancías importadas. Este es un tema básico”.
Sobre este particular, subrayó que si un país no produce artículos en un nivel que pueda competir con las mercancías del exterior, “los mismos productores, en lugar de producir, van a comprar en el exterior y lo venden aquí a los precios que sean”.
Estimó que la denominada guerra económica es una expresión de esa “imposibilidad de la burguesía venezolana de producir el desarrollo”.
TOMAR LAS RIENDAS
“Dado el fracaso de la burguesía nacional, independientemente de la valoración que quiera dársele, en este momento en Venezuela no queda otra opción que la clase trabajadora tome las riendas del desarrollo del país”, añadió.
El intelectual sostuvo que “tenemos con qué hacerlo”, ya que actualmente el país cuenta con una clase trabajadora formada en varios niveles y distintas ramas de la producción, entre las que figuran la petrolera y la minera, las cuales implican un refinado sistema de producción y refinación; incluso, hay “posibilidades de industrialización”.
El dirigente argumentó que Venezuela tuvo cerca de 60 años con una estrategia de desarrollo y de industrialización, que en el año 1959, fue denominada sustitución de importaciones: “Pero ya en 1986 las autoridades del Estado lo declararon fallido, fracasado, porque no generaba un consistente desarrollo industrial”.
Aunque que se determinó la ineficacia de dicha estrategia, el analista señaló que se continuó aplicando, “arrastrando esa misma estrategia hasta 1989”. Posteriormente, en Venezuela se hizo la Asamblea Nacional Constituyente.
En su opinión, la clase trabajadora debe impulsar el desarrollo; lo contrario “es continuar con la inercia que llevará a Venezuela a un fracaso realmente muy profundo e irrecuperable”.
ESTRUCTURA DEL TIEMPO ACTUAL
El filósofo mencionó que es necesario definir la estructura del tiempo actual, la cual está determinada por un “camino que no pudo producir lo que estaba planificado”.
Señaló que hay una subjetividad en buena parte del país. También se encuentra el mundo objetivo que llega a una situación de “no poder continuar haciendo lo mismo, porque esto significaría una entropía negativa permanente de su Estado, del país y la sociedad”.
Afirmó que como “esas dos instancias conforman justamente la estructura de este tiempo. Por una parte, un mundo objetivo que fracasó y por otra una subjetividad compartida, que es la conciencia de ese fracaso”.
Ante esta situación, el Estado venezolano y sus trabajadores en general deben tomar decisiones, como es el hecho de “encaminarnos, teniendo como instrumento para ese desarrollo, a las propias clases trabajadores venezolanas, que están maduras para hacerlo”.
DOS POSIBILIDADES
Para concretar esos cambios o generar ese desarrollo, Lazo manifestó que la clase obrera está obligada a elevar su nivel de conciencia en muchas de sus instancias y sus grupos de reflexión. En ese sentido, el profesor planteó dos posibilidades: que la iniciativa sea tomada por el Estado venezolano o por la clase trabajadora. Si es el Estado “hay un camino distinto que si lo hace las clase obrera”.
A su parecer, el Estado venezolano ha madurado, tomando en consideración “algunos signos y opiniones que he escuchado en los últimos tiempos”.
Por esa razón, enfatizó, una buena parte de las personas que están dirigiendo la nación “entienden, están conscientes de la situación. Incluso, el presidente Nicolás Maduro desde hace meses ha puesto de manifiesto que la burguesía venezolana ya no tiene más posibilidades de desarrollo; no da para más, porque no tiene ningún plan o proyecto alternativo”.
Al no contar con un plan alternativo, la burguesía venezolana no está en condiciones de conducir el proceso: “el Estado tiene consciencia de esta situación, por eso creo que seguramente tomará alguna iniciativa; de lo contrario esto no va para ninguna parte”.