Por Armando Carías|El náufrago (Opinión)

Como botella lanzada al mar, las ideas del náufrago flotan con la esperanza de que alguien las recoja y lo rescate de la isla desierta de sus pensamientos.

Homero Español, seguidor de estas canalladas y compinche, según confiesa, de «heroicos tiempos ucevistas», responde desde la otra orilla, la del lector, al escrito de varios martes atrás, en el que se aludía el exagerado uso de anglicismos por parte de algunos periodistas y narradores deportivos.

«El lenguaje, expone Homero, es la sabia por donde corre la cultura y nosotros debemos ayudar a la descolonización de nosotros mismos y de nuestro pueblo».

El náufrago se refería en aquella oportunidad a expresiones de uso frecuente en el beisbol (pitcher, catcher, hit, shortstop y muchas otras), y que, ya por pereza o por desconocimiento por parte de quienes las emplean en sus escritos y transmisiones, desplazan vocablos nuestros y legitiman la colonización aludida en el texto.

Felizmente, el pasado miércoles, desde la última página del Correo del Orinoco, un anónimo redactor le lanzó el salvavidas al náufrago, en la nota que informa que «Magallanes disputó juegos interescuadras».

En ella no se habla de «pitchers » sino de «lanzadores», no se celebra el «home run» sino el «cuadrangular», no se alude al «tubey» sino al «doblete», no se cierra el «inning» sino el «episodio».

El náufrago, entonces, ve una lucecita salvadora en el horizonte.

«Escribe, que algo queda», recomendaba Kotepa Delgado en su columna dominical, dicho que avala este feliz náufrago, en cuyo auxilio ha llegado el bote del amigo Homero y, sobre todo, la evidencia de que podemos alcanzar la otra orilla nadando con los brazos de nuestro idioma, sin ilusorias tablitas salvadoras.

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