Así dijo el presidente Nicolás Maduro al responder a la prepotencia imperial del Gobierno de Estados Unidos, que respaldó la política intervencionista de su embajadora ante la ONU. Tampoco le tembló la voz al acusar a la oposición de ir a Chile a reunirse con representantes de Augusto Pinochet y pronunció un ¡Basta! que resonó por todo el continente ratificando la no injerencia en los asuntos internos, como fundamento de los procesos de integración en marcha.
Hoy la soberanía solidaria es clave en la geopolítica mundial. Con base en el respeto y el reconocimiento de los otros. Por eso mientras más nos integramos más soberanos somos, pues la soberanía de cada país está respaldada por la unión y la fuerza que da la integración, que no es simple integración de los mercados fundada en ventajas comparativas. Es integración de los pueblos en el proceso de construcción de una sola patria, unidad que siempre se funda en el reconocimiento de la diversidad. No es la soberanía ultranacionalista que nos condujo a las guerras imperiales y al nacionalsocialismo fascista.
No es una infraestructura comunicacional para facilitar intercambios comerciales. Eso es lo que propuso el ALCA y derrotó el presidente Hugo Chávez. Será la cultura de la soberanía y la soberanía cultural lo que nos hará patria libre, pues la guerra cibernética denunciada por Edward Snowden es la otra injerencia, la que trata de dominar nuestro cerebro y programar nuestros sueños.
Es soberanía de la naturaleza como fuente de la vida y la vida misma, la soberanía que sustenta la de los Estados y hace posible el llamado desarrollo sostenible. El capital y todas las corrientes desarrollistas, suicidas, geocidas y genocidas, no lo entienden. La soberanía nacional es un muro que nos protege de las amenazas imperiales contra las riquezas naturales que nos sustentan como pueblo.
La embajadora de EEUU amenaza con llevarnos ante la ONU. Snowden y la agresión contra el presidente Evo, colocaron una vez más al imperio fuera de la ley. El presidente Maduro rechazó el chantaje. Cuba lo ha derrotado reiteradamente en la Asamblea General de la ONU.