Nicolás Hurtado Barrios: combatiente heroico por la liberación nacional y el socialismo

Se alzó el 7 de septiembre de 1958, en una rebelión conocida como la rebelión del Palacio Blanco que históricamente tuvo la importancia de poner en evidencia la entrega del país por parte de Rómulo Betancourt

_________________________________________________________________

El Teniente Nicolás Hurtado Barrios, nacido el 6 de noviembre de 1934 en Calabozo, Estado Guárico, fue un combatiente heroico por la liberación nacional y el socialismo, asesinado por el puntofijismo, cuyo cuerpo se mantuvo desaparecido hasta el año 2004.

Así lo presenta Julio Antonio Güire Sanoja, coordinador del Movimiento Patriótico Revolucionario Calabozeño por el Rescate de la Memoria de Nicolás Hurtado Barrios.

“Hijo de una honorable familia calaboceña, figura entre los líderes del alzamiento militar del 7 de noviembre de 1958, conocido como La Rebelión del Palacio Blanco, que encabezaron el general Juan de Dios Moncada Vidal y el Mayor Manuel Azuaje.

-Guerrillero del Frente José Leonardo Chirinos después de haber pasado 6 años preso en el Cuartel San Carlos, donde escribió el libro Porqué Luchamos, murió en combate en las afueras de del Caserío Santa Bárbara, estado Portuguesa, el 23 de marzo de 1967 a los 33 años de edad, y sus restos se mantuvieron ocultos hasta 2004.

LE CORTAN LOS BRAZOS

El Coordinador del Movimiento calaboceño por el rescate de la memoria de Hurtado Barrios explicó que una forma de terror usada por el puntofijismo era cortarle las manos a los combatientes de la lucha armada para impedir la posterior identificación, “pero a Hurtado Barrios le cortaron los brazos para escarmiento de los campesinos del lugar”.

-Unos días después del combate lo entierran en el monte cerca del Caserío Agua Blanca para que no fuera encontrado.

DÍA ANTERIOR AL COMBATE

– El día anterior al enfrentamiento con el ejército, el teniente Hurtado Barrios estuvo en el caserío compartiendo con la señora Juana Ramona Aranguren, a la cual conocí en 1979 cuando fui con sus familiares y amigos al lugar donde cayó este heroico combatiente.

La señora Aranguren nos contó que el teniente estuvo en su casa, conversando con su hijo Silvio Aranguren, que era un niño, rememora Julio Güire.

-Recuerdo que el niño Silvio contaba que el teniente le dijo “Te doy este abrazo que no le puedo dar a mis hijos”. La señora Juana, molía maíz para hacer las arepas. El teniente se ofrece para ayudarla y comienza a moler.

El testimonio de la señora Aranguren –dijo- consiste en que el ejército se presenta en el caserío trayendo los brazos que le habían cortado al teniente, los lanzan sobre la mesa donde comía la gente y les dicen “Esto le va a pasar a todo el que colabore con la guerrilla”.

A ella le impacta sobremanera ese hecho, pero no por miedo, sino porque ve en uno de esos brazos cortados la cadenita que el teniente tenía puesta cuando molía el maíz. Ella se separa del grupo para llorar –contó.

LA MEMORIA DE LOS CAMPESINO

-Cuando los campesinos se enteran de que estaban enterrando a los muertos de ese combate, el padre de Silvio le dice: “Marca el sitio donde está enterrado el teniente. Préndele velas. Que no se pierda ese sitio”. El niño lo hizo por muchos años y esa es la memoria campesina que ayudó años más tarde a encontrar los restos del teniente.

Güire Sanoja destacó que tuvo que ser en los años de este proceso revolucionario cuando el Comandante Chávez mandó a desclasificar los documentos del antiguo SIFA:

-Gracias a José Vicente Rangel, al antropólogo Pedro Pablo Linares, a los calabozeños del Comité, a su familia, y a la memoria de los campesinos, actores principales en este acontecimiento, se buscaron los restos de Nicolás Hurtado Barrios.

DE NUEVO, DESAPARECIDO

Güire reiteró el orden cronológico de los hechos: al final del 2003 el antropólogo José Gregorio Linares empezó excavaciones y llega a los restos en el año 2004.

-La ciudadana Luisa Ortega Díaz, era entones Fiscal Sexto con Competencia Nacional y estuvo presente en la exhumación del cuerpo del teniente, que poco después desapareció nuevamente.

“Hoy continúa desaparecido, después que ese mismo año 2004 es trasladado al CICPC donde deciden, muy sospechosamente, trasladarlo de nuevo a Ospino, supuestamente buscando testigos para hacer un reconocimiento.

Pero siete años después, en 2011 le hacen a los restos una prueba de ADN para contrastar con sus hermanos, y se comprueba que es otro el fallecido que estaba donde debía estar el cuerpo de Nicolás Hurtado Barrios.

-En el año 2009 estuve en el lugar donde fue enterrado el teniente. Me acompañaban Humberto Vargas Medina, que combatió a su lado en la guerrilla y su hermana Yolanda Vargas Medina, miembros ambos de la Comisión de la Verdad y tributadores de las pruebas antropométricas de Nicolás Hurtado Barrios, hombre de rasgos indígenas, pues Arcadio Martínez, el otro guerrillero caído en ese combate, era de rasgos afrodescendientes.

EL ALZAMIENTO MILITAR

Hurtado Barrios se alzó el 7 de septiembre de 1958, en una rebelión conocida como la rebelión del Palacio Blanco, de la cual muy poco se habla, pero que históricamente tuvo la importancia de poner en evidencia la entrega del país por parte de Betancourt, que habría de cambiar el signo de la victoria recién obtenida y las recientes conquistas del pueblo en 1958.

Miqueas Figueroa, uno de los dirigentes de izquierda que acompañaron a Julio Güire en esta entrevista, ha califica la rebelión del 7 de septiembre de 1958 como la primera respuesta militar a lo que más tarde sería llamado el Pacto de Punto Fijo. Pocos meses después, bajo ese signo, se realizaron las elecciones que fueron ganadas por Betancourt.

-¿Por qué se alza el Teniente?

-El pacto Betancourt, Caldera y Villalba se había firmado en Nueva York y en Venezuela se concretaba la entrega del país, que nadie parecía notar, pero estaban en marcha los hechos que lo demostraban.

“Los militares comprometidos no eran de izquierda ni se calificaban de revolucionarios, era una protesta contra la traición betancourista por parte de unos militares nacionalistas. Consideraban que había que hacer algo, en vista de lo que se aproximaba: ¡Insurgir, dar un paso adelante por la Patria!”

Recordó que lo mismo ocurrió con el 4 de febrero, un acto que también fue estigmatizado, cuando lo que pasaba era que un grupo de militares Nacionalistas quiso romper con la situación extrema que estaba ocurriendo en Venezuela.

T/ Mercedes Aguilar
F/ Archivo
Caracas CO