El Consejo Nacional de Transición (CNT), la presidencia de facto en Libia, negó hoy acusaciones del primer ministro, Abdel Rahim El-Keib, de que entorpece la gestión del gobierno y, por extensión, las proyectadas elecciones constituyentes.
Dirigentes y voceros de la instancia autoproclamada como máxima autoridad libia tras guiar la insurrección que derrocó y asesinó a Muamar El Gadafi defendieron su actuación en los últimos seis meses, pese la evidente decepción popular y el caos imperante en el país.
Las autoridades se remitieron al comunicado difundido anoche por el CNT en el cual afirmó que «trabaja desde la formación del Gabinete de Transición (en noviembre) a fin de garantizar todos los medios para facilitar el trabajo del Ejecutivo y que logre ejecutar su programa».
«Nos sorprendió el pronunciamiento del primer ministro en el cual responsabilizó al Consejo de entorpecer el desempeño del Gobierno», añadió el comunicado, valorado por analistas en Trípoli como la confirmación de las diferencias entre la cúpula dirigente libia.
Sin embargo, señaló que aprobó en apenas 10 días los presupuestos estatales, pese a que se presentaron con dos meses de retraso, y el aval a un presupuesto de emergencia.
Pero aunque el CNT insistió este jueves en que ha habido «apoyo, consejo y determinación para el éxito» del Ejecutivo, El-Keib deploró ayer que miembros de esa instancia han atacado la labor del gobierno, provocando su dispersión y entorpeciendo su labor.
«Estamos bloqueados -dijo- por miembros del Consejo que siguen atacando al gobierno y amenazan con retirarle su confianza, obstruyendo los esfuerzos por cumplir nuestros deberes al servicio de la nación, con la celebración de elecciones en la fecha prevista como prioridad».
Según el primer ministro, su gobierno «no aceptará, en ningún caso, postergar las elecciones (de una Asamblea Constituyente) … no asumirá esta responsabilidad (de aplazarlas) ni sus consecuencias que corren el riesgo de desviar la revolución (revuelta) de su curso».
Al responder a El-Keib, designado en el cargo tras reñida votación en la cúpula del CNT, la presidencia de facto de Libia le reprochó que el consejo de ministros se retrasó también en manejar asuntos como la seguridad y la atención a heridos durante la guerra contra El Gadafi. Indicó que tampoco el Ejecutivo ha sido diligente en reinsertar a las milicias surgidas durante el conflicto, ni en desarmarlas o recuperar áreas y dependencias bajo su jurisdicción, como ocurrió hasta hace poco con el aeropuerto de Trípoli y la llamada brigada de Zintan.
De hecho, le recriminó a El-Keib falta de valor en la toma de decisiones y una gestión carente del sentido de equipo, pero ratificó que, no obstante, respaldará la celebración de elecciones en junio para formar el ente que redactará la Carta Magna y reemplazará al CNT.