A pesar de la afirmación oficial de Israel de que las tres explosiones en Bahgkok el martes 13 de febrero eran parte de una unidad de terrorismo mundial, altas fuentes de inteligencia israelíes afirmaron que no existe conexión -hasta el momento- entre ese incidente y los ataques con bombas a los vehículos oficiales israelíes en Nueva Delhi, India, y Tiblisi, capital de Georgia.
La esposa de un funcionario israelí y tres ciudadanos de la India resultaron seriamente lesionados en el primer ataque, el cual el ministro de Interiores de la India, P. Chidambaram atribuyó a una «persona muy bien entrenada».
En contraste, el episodio de Bangkok se destaca como extraño: Ningún ataque terrorista realmente tuvo lugar ahí y no hay pruebas de que las tres personas que alquilaron un apartamento en la ciudad estaban preparando atacar a israelíes o cualquier otra persona, aunque tenían materiales para bombas.
Algo causó que esos materiales estallaran y las tres personas huyeron del inmueble. Uno de ellos, identificado por su pasaporte iraní como Saeib Morabi, mantuvo los explosivos con él y lanzó uno a un taxista local que se negó a recogerlo y otro dispositivo a un policía que vino a arrestarlo. Una de las bombas rebotó y le voló una de sus piernas.
Altos expertos de inteligencia encuentran esta conducta increíble. Un terrorista que huye, sobre todo, mantiene la cabeza abajo y evita llamar la atención.
Ninguno de los miembros de una célula terrorista utiliza sus identidades verdaderas y llevan pasaportes auténticos. Esos pasaportes fueron utilizados para alquilar un apartamento en Bargkok el 8 de febrero.
Entonces ¿por qué los funcionarios israelíes afirman con tanta seguridad que un ataque terrorista de gran envergadura se había planeado en Bangkok como parte de una campaña global iraní? Hay tres razones:
1. No hay planes para una retaliación;
2. Agencias anti-terroristas israelíes fracasaron en ver que venían los ataques con bomba en Nueva Delhi y Tiblisi el 13 de febrero y perdieron el inicio de una nueva ola de terror;
3. Ellos no saben la fuente o las fuentes de los ataques a los diplomáticos israelíes en el extranjero y las investigaciones tiene un largo camino por recorrer.
Fuente: Debkafile
Traducción: Ivana Cardinale para el Correo del Orinoco