«No hay que dejar que el camello de la tristeza pase por el ojo de nuestros corazones»: Víctor Valera Mora

«Agarra a la amargura por los cuernos y rómpele la nuca/y si la muerte te señala, sigue cantando/y en el primer bar que encuentres pide un trago de viejo ron/y bébete la mirada de la novia y bébete su risa/y la proximidad de su cadencia y el saludo de su cabellera.Bébete la vida». Tal día como hoy, 29 de mayo, falleció el poeta venezolano, Víctor Valera Mora, cuya poesía sigue siendo «más subversiva que todos los focos guerrilleros».

«Rindo homenaje a la memoria del eterno Víctor “El Chino” Valera Mora. Trujillano que convirtió la poesía en un canto de esperanza, lucha y rebeldía ante la injusticia. A 36 años de su siembra, exaltamos su obra subversiva como símbolo de lucha de nuestra juventud y del pueblo», escribió el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, a través de su cuenta en Twitter.

A continuación el siguiente poema, que lleva por título «Tendrá que ser así»:

«Sinuosos tiempos, estaciones, caminos que nos tocan,
propicios para el herísmo más completo
o para guardarnos como cautelosos erizos.
Tempranamente fuimos aventados al margen de las cosas más simples y necesarias,
clavados con alambradas alrededor de nuestra sangre
y candados en la boca para oscurecernos.

No tenía remedio
la vida atada a lo melancólico.

Terribles días.

Pero recoge las páginas donde los enamorados escriben cortando con navajas,
revisa los libros
busca en las grandes piedras talladas y en los manuscritos del mar,
desde Gutemberg hasta las dos Declaraciones de La Habana
busca, acumula, reúne, clasifica,
sal a la calle con balanza y metro, pesa y mide
blanco y negro, amor y olvido, agua y fuego,
filo geográfico y campana celeste.
Al final todo más claro.
Bañamos nuestra cabalgadura solo una vez en aguas del mismo río.

Camina a paso de monte y haste amigo del viento
que llevará los pesares al sitio de tu arrebato.
Que los solitarios no te enfaden, pero resuélvete en multitud.
Habla lo necesario con la gente sencilla 
y a su lado vive con ardor.

A los soberbios embóscalos, tírales por mampuesto.

Si nada tienes llénate de coraje y pelea hasta el final.

No te amargues.

Agarra a la amargura por los cuernos y rómpele la nuca
y si la muerte te señala, sigue cantando
y en el primer bar que encuentres pide un trago de viejo ron
y bébete la mirada de la novia y bébete su risa
y la proximidad de su cadencia y el saludo de su cabellera.
Bébete la vida.

No hay que dejar que el camello de la tristeza pase por el ojo de nuestros corazones.»

T/CO
F/@NicolasMaduro