Columna de Marcel Roo|No me defiendas compadre (Opinión)

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, acaba de visitar Colombia y Brasil con el propósito de aliviar las tensiones generadas por el escándalo de espionaje desvelado por el exagente de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden. Como era de esperarse, Kerry, en su rol de Big Brother, aseguró que su país continuará espiando al resto del mundo para protegerlo del terrorismo.

Estas explicaciones insulsas, que no lograron convencer al Gobierno de Brasil -aunque no sabemos si el presidente colombiano Juan Manuel Santos quedó satisfecho-, tenían un propósito más arrogante.

En honor a la verdad no podía esperarse otra cosa del jefe de la diplomacia del imperialismo decadente, que utiliza el argumento de la lucha antiterrorista, para ocultar su miedo al resurgimiento de los pueblos que reclaman su derecho a una patria libre, soberana e independiente.

El propio Snowden lo precisó en una carta publicada en julio pasado, una semana después de haber salido de Hong Kong, adonde había llegado debido a la persecución desatada en su contra por el Gobierno de EEUU.

“La administración Obama no tiene miedo de uno. Tiene miedo de una sociedad informada, enojada que exige el Gobierno constitucional que le fue prometido y que debería tener”, escribió en aquella oportunidad.

Este es el fondo del asunto. El imperialismo teme perder los privilegios que se atribuye como poder omnímodo, ante un mundo que día a día rompe los eslabones de esa cadena oprobiosa tejida por el capitalismo al transformar al ciudadano en un sujeto consumidor.

Por esto Kerry retoma la frase “patio trasero” para recordarle a la América Latina que solo tiene derecho a consumir lo que le viene del Norte; jamás debe pensar ni informarse, ni mucho menos hacer circular alguna información que devele los planes imperiales, porque si lo hace es un terrorista.

Allí está la clave de la persecución contra Snowden y la condena al soldado Bradley Manning, porque haber entregado información al mundo es delito de lesa patria que se castiga hasta con la muerte. Solo que por estos lares, le decimos a Obama y su combo que no necesitamos que nos defiendan, mucho menos de esa manera.

marcelroo@hotmail.com
Caracas