Otra mujer ha declarado que fue acosada sexualmente por el juez Brett Kavanaugh, candidato del presidente de EEUU a miembro del Tribunal Supremo.
La mujer, Deborah Ramírez, asegura que Kavanaugh la asaltó en una fiesta en una residencia cuando era estudiante de primer curso en la Universidad de Yale, en el curso 1983-84, según informó el domingo el semanario estadounidense The New Yorker.
La revista asegura que altos cargos republicanos conocían la acusación de Ramírez antes de que saliera a la luz en la noche del domingo.
Las acusaciones de Ramírez han llegado hasta las oficinas de al menos cuatro senadores demócratas, de las que al menos dos han iniciado investigaciones.
Tanto el propio juez como el Gobierno de EEUU, que ha declarado su respaldo a Kavanaugh y su candidatura, han rechazado las imputaciones. La portavoz de la Casa Blanca, Kerri Kupec, ha considerado que la acusación de Ramírez forma parte de una “campaña coordinada de calumnias” de los demócratas para destrozar al magistrasdo. Sin embargo, la mujer ha reclamado que investigue el caso el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés).
Este segundo caso de supuesta agresión sexual por parte de Kavanaugh se suma al intento de violación que denuncia Christine Blasey Ford y que ya investiga la Comisión Judicial del Senado, responsable de la confirmación del juez en un proceso que se está convirtiendo en un problema para el presidente estadounidense, Donald Trump.
Ford, profesora de Psicología en la Universidad de Palo Alto, en California (oeste), sostiene que Kavanaugh la intentó violar en una fiesta en 1982, cuando ambos eran estudiantes de secundaria en Maryland, ella de 15 y él de 17 años. Este jueves (27 de septiembre) está previsto que declaren al respecto ante la Comisión Judicial del Senado tanto Ford como Kavanaugh .
El nombramiento para el Tribunal Supremo de Kavanaugh, de 53 años de edad, consolidaría el control conservador del máximo órgano judicial estadounidense y sería un triunfo para la Casa Blanca en sus esfuerzos por inclinar al tribunal del país más hacia la derecha.
La Presidencia de Trump ha estado marcada por constantes escándalos con acusaciones de agresiones sexuales imputadas a influyentes personalidades de la clase dominante estadounidense, desde productores de Hollywood como Harvey Weinsten hasta políticos como el propio Trump.