La obra estará en el Centro Cultural BOD desde el 22 de enero|Nueva temporada de La cocinera estará dedicada al escenógrafo Rafael Sequera

La próxima temporada de la aplaudida y laureada obra La cocinera, que tendrá lugar desde el 22 de enero hasta el 28 de febrero en el Centro Cultural BOD, en Caracas, estará completamente dedicada a la memoria del maestro escenógrafo y docente de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), Rafael Sequera, quien falleció la madrugada del pasado jueves 14 de enero, a sus 50 años de edad.

La cocinera, ganadora de cinco premios municipales en las categorías de Mejor Dirección, Mejor Actriz Principal, Mejor Actor Principal, Mejor Actor de Reparto y tres galardones de la crítica (Avencrit) en los rubros de Mejor Dirección, Mejor Actriz Principal y Mejor Actor de Reparto, fue el último montaje en el cual participó el escenógrafo que luego de las exequias realizadas ayer en Caracas, fue trasladado para su siembra en el estado Lara, donde nació.

Según informó al Correo del Orinoco la directora del montaje, Rossana Hernández, Sequera trabajó hasta el 18 de diciembre en la instalación de la escenografía de La cocinera en el Centro Cultural BOD, con la intención de ajustar algunos detalles en enero y dejarla completamente lista para la nueva temporada.

Inclusive, luego de las exequias en Caracas, parte del equipo de producción, en una suerte de homenaje, asistieron al escenario para completar algunos detalles menores que Sequera dejó pendiente antes de tomar el respectivo descanso decembrino.

“Ya en diciembre se sentía un poco mal por algunas dolencias respiratorias, pero creo que nadie se imaginó la verdadera gravedad del asunto. Su muerte fue repentina, todos nos sorprendimos mucho”, manifestó Hernández.

Sequera fue tres veces ganador del Premio Municipal de Teatro en los años 2010, 2011 y 2013, recibió el Premio Avencrit en 2013, el Premio Internacional Celcit en 2003 y el Premio Nacional Casa del Artista en 1999 entre otros reconocimientos que avalan la calidad de su trabajo reflejado de manera magistral en el escenario de La cocinera, inclusive en esta tercera temporada que comenzará el 22 de enero en su homenaje.

EL MAGO

Desde el estreno en el año 2014 , en la Sala El Dedal de la Caja de Fósforos en la Concha Acústica de Bello Monte, Rafael Sequera comenzó a formar parte del equipo de La cocinera por casualidad.

Unos 15 días antes del estreno el escenógrafo asignado se retiró del proyecto por razones personales y fue cuando llamaron a Rafael Sequera. La directora confesó que al principio estaba muy nerviosa, “pero luego sentí que el hizo magia y en solo 10 días logró algo maravilloso con esa escenografía” que representa la cocina de una mansión cubana en tiempos prerevolucionarios, recordó la directora.

Además, con la excelencia de su trabajo “y su sensibilidad y tacto para tratar con una directora novel, con casi nada de experiencia, me dio mucha confianza. El trabajo escenográfico forma parte -especialmente importante- en este montaje y por eso en las dos primeras temporadas y en esta que vamos a realizar en el BOD yo siempre insistí en dejar todo igual. Incluso con el mismo equipo técnico y artístico”, apuntó Rossana Hernández.

UN ÉXITO

Hasta la fecha, este montaje de La cocinera lleva un total de 47 funciones con entradas agotadas. Su estreno en 2014 formó parte de la programación correspondiente al primer Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense y luego en 2015 completó una temporada de 10 semanas en la Sala Plural del Trasnocho Cultural, siempre con el mismo elenco y equipo técnico.

“Me parece que se generó una energía positiva muy particular y creo que el éxito que ha tenido se debe, en parte a la conjunción de todos estos esfuerzos. Por eso mi condición para remontar era mantener el mismo equipo. De hecho, nos ofrecieron una temporada mucho más larga en el Centro cultural BOD, pero algunos actores tienen otros compromisos”, reveló la directora.

LA HISTORIA

La cocinera, original del dramaturgo cubano estadounidense Eduardo Machado, revela las entrañas de un drama sobre esas historias familiares y los vínculos afectivos que se fragmentaron cuando comenzó la Revolución cubana y muchos habitantes de esa nación decidieron radicarse en los Estados Unidos.

La pieza no fija posición y mucho menos es complaciente con ninguna de las “dos partes” reflejadas en el texto. Al contrario, expone las miserias de los radicalismos de ambas partes y los desuella para mostrar, sus vísceras, con virtudes y defectos, sus razones, sus perspectivas y sus bases, con la intención de proponer una reflexión sobre la influencia de la política y las ideologías en los afectos familiares y amistosos.

Con unas actuaciones sólidas y convincentes, conjugadas con un diseño y producción de escenografía depurada y el uso de recursos escénicos que involucran incluso la percepción olfativa, La cocinera, tiene la capacidad de conmover, estimular la reflexión y discutir para deshacer el nudo en la garganta que deja al final de la función.

Dividida en tres actos, la pieza intenta resumir 40 años de la historia cubana, desde la llegada de la Revolución hasta finales de la década de 1990, en tiempos del llamado Período Especial, caracterizado por una fuerte crisis económica que comenzó en la isla como resultado del colapso de la Unión Soviética.

FIDELIDAD Y LA AMISTAD

La historia comienza con la llegada de Fidel Castro a La Habana, en la madrugada de año nuevo de 1959. En ese contexto, Gladys, encarnada por Layla Vargas, trabaja como cocinera para una familia adinerada cercana a Fulgencio Batista. En ese momento, Adria (Valeria Castillo), jefa de la empleada, huye del país dejando el cuidado de su casa en manos de la cocinera, “de quién podía ser muy amiga si no trabajara para mi”, dice el personaje.

Aunque nunca vuelve a saber nada de Adria y a pesar de las vicisitudes a las cuales debe enfrentarse Gladys mantiene su promesa y cuida la casa con inquebrantable fidelidad durante los siguientes 40 años.

A decir de la directora, la pieza habla de lealtad y de cómo los cambios políticos pueden incidir y crear heridas en la familia y los ciudadanos comunes. “Es una obra muy humana y de mucho amor porque a pesar de las vicisitudes de un país, los personajes consiguen los caminos para seguir adelante reforzando sus lazos afectivos”, describió Rossana Hernández.

FUNCIONES

La cocinera se presentará los viernes, a las 8:00 pm y los sábados y domingos, a las 7:00 pm, en el PH del Centro Cultural BOD, en La Castellana. Las entradas tienen un costo cercano a los Bs. 900 y pueden ser adquiridas en las taquillas del BOD y por medio del portal www.ticketmundo.com.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Miguel Romero
Caracas