Por Daniel Rodríguez C.|Nuevas masculinidades (Temática)

Ser mujer o ser hombre conlleva muchas implicaciones y cumplir con ciertos requisitos, es mucho mas que aquello que habita entre nuestras piernas. Ser hombre en la Venezuela del siglo XXI es muy distinto que serlo en el siglo pasado, tampoco es lo mismo serlo en el llano venezolano que en Caracas. Es decir, que ser hombre está determinado no solo por la época o el momento histórico, sino también por la ubicación geográfica y cultural.

Monique Wittig, en su libro El pensamiento heterosexual, argumenta que existe un número de elementos determinados por nuestra sociedad occidental, necesarios a cumplir para ser reconocida como mujer y todo lo que esto implica (hembra, heterosexual, femenina, blanca y sumisa).

Es decir, existe una manera hegemónica de ser mujer y también de ser hombre, pero ¿qué ocurre con aquellas personas que no cumplen con los requisitos para ser parte de este grupo hegemónico? ¿Acaso son menos hombres o menos mujeres? Estas preguntas nos conducen a la conclusión de que no existe una sola manera de ser hombre o mujer o masculino y femenino, sino que existen masculinidades y femineidades.

En los últimos años ha surgido una nueva lucha dentro del movimiento sexo-diverso conocido como nuevas masculinidades, que aboga, de manera resumida, por el reconocimiento de estas nuevas maneras de expresar la masculinidad deslastrada de la visión heteropatriarcal y machista, pero ¿qué tan nuevas son estas masculinidades?

Podemos asumir que estas llamadas nuevas masculinidades no son tan novedosas como reza su nombre, ya que a lo largo de la historia ha existido e incluso hoy en día existen personas que -como diría Judith Butler- realizan un performance de género que no necesariamente cumple con el ideal de masculinidad, personas que en lo cotidiano actúan y se desplazan dentro del abanico de posibilidades de lo masculino/femenino, ya sea con fines políticos, estéticos, económicos, culturales, etc.

Entonces, afirmamos que no existen tales nuevas masculinidades en el sentido de algo novedoso, actual. Lo que existe es una gran variedad de posibles masculinidades que están determinadas dentro del escenario social por las clases, las razas, las edades, las etnias, los géneros, la orientación sexual, la funcionalidad, etc. y que son puestas en práctica dentro de los límites de actuación de cada una de las personas en un momento preciso.

Las masculinidades existen como forma de respuesta y de insubordinación a esa masculinidad hegemónica que se reconfigura a lo largo del tiempo con el fin de mantener un orden sexual y general –de género- de las cosas.