«Zona vedada indefinidamente para futuros arrendamientos de petróleo y gas»|Obama blinda el Ártico frente a las petroleras antes de la llegada de Trump

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado la prohibición de las prospecciones en aguas del Ártico y el Atlántico bajo jurisdicción de su país, pese a que su sucesor, el republicano Donald Trump, ha prometido producir más energía.

El anuncio pretende también apuntalar el legado del líder demócrata como un presidente que ha adoptado medidas unilaterales contra el cambio climático y ha protegido más zonas terrestres y acuáticas que cualquier otro antecesor en la Casa Blanca. Una medida preventiva contra la supuesta postura pro combustibles fósiles (y su búsqueda) del próximo presidente, Donald Trump.

Según informó la Casa Blanca, el mandatario demócrata ha recurrido a una ley de 1953 que otorga autoridad al presidente para bloquear de forma indefinida perforaciones petroleras y gasísticas en algunas aguas controladas por el Gobierno federal estadounidense.

Así, Obama ha declarado el territorio estadounidense del mar de Chukchi y la mayor parte del mar de Beaufort, en el océano Ártico, como «zona vedada indefinidamente para futuros arrendamientos de petróleo y gas», a fin de proteger los mamíferos marinos, los recursos ecológicos y las poblaciones nativas de esas áreas.

CANADÁ SE UNE A LA PROTECCIÓN

Canadá también anunció hoy que prohíbe la explotación petrolera y gasísticas en sus aguas del Ártico.

«Estas acciones, y las acciones paralelas de Canadá, protegen un ecosistema sensible y único que es diferente a cualquier otra región de la Tierra», afirmó Obama.

Las medidas -subrayó- «reflejan la evaluación científica de que, incluso con los altos estándares de seguridad que tienen ambos países, los riegos de un vertido petrolero en esta región son importantes y nuestra capacidad para limpiar un vertido en las duras condiciones de la región es limitada».

La prohibición permanente se anunció después de que el Gobierno de Obama prohibiera durante cinco años, a partir de 2017, las perforaciones en el Ártico y el Atlántico, una orden que ahora tendrá carácter indefinido.

El presidente electo de EEUU –que tomará posesión en menos de un mes– Donald Trump ya ha dejado claro que el Gobierno que encabezará garantizará que el país utiliza los «enormes recursos naturales» que tiene para impulsar su independencia energética.

Poco amigo de políticas para la protección del medioambiente, el magnate neoyorquino se ha fijado como una de sus metas convertir a Estados Unidos en una nación independiente en materia energética para que no dependa de las compras de petróleo externas.

De acuerdo con los últimos datos del Departamento de Energía, Estados Unidos tiene una producción de 8,70 millones de barriles diarios de petróleo y unas importaciones netas de crudo de 7,48 millones de barriles.

Cerca del 48 por ciento de esas importaciones proceden de Canadá, y el resto de distintos países, encabezados, en orden de importancia, por Arabia Saudí, Venezuela y México.

Los montos de crudo que se importan ahora se han venido reduciendo en los últimos años según ha ido explotando Estados Unidos yacimientos no tradicionales por extracción hidráulica o «fracking», muy criticada por grupos medioambientales.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) celebró hoy la «valiente decisión» de Obama, que subraya la «inevitable transición» de EEUU hacia una «energía más limpia» y es una señal de que «algunos lugares son demasiado importantes para no ser protegidos».

Por contra, el Instituto de Americano de Petróleo (API) condenó el paso dado por el presidente.

«Esta propuesta nos lleva a la dirección equivocada justo cuando nos hemos convertido en líder mundial en la producción y refinado de petróleo y gas natural y en la reducción de emisiones de carbono», afirmó Erik Milito, directivo del API.

F/eldiario.es
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