Derrotó a los grandes medios que se cartelizaron en su contra. También le ganó la partida al orden establecido de la élite mundial: Holland, Merkel y compañía sucumbieron ante su “inesperada” victoria. Lo más paradójico es que se trata de un multimillonario, sin ningún tipo de simpatía por el pensamiento de izquierda o de ruptura con el modelo capitalista.
Sus expresiones de carácter racista, xenófobo o machista retumban altisonantes, no obstante habría que revisar las acciones de aquellos que no usan esas expresiones, pero lanzan bombas contra inocentes, los que invaden pueblos o desestabilizan gobiernos para favorecer los intereses de su imperio. Eso hicieron Obama y Clinton y allí están, con la complicidad de los grandes medios, aparentando ser los “civilizados”.
Será un gobierno que habrá que descifrar con detalle, con el riesgo de la sorpresa. Los enemigos de los pueblos se han colocado en una feroz oposición pocas veces vista. La saliente dirección de la CIA se ha atrevido a descalificarlo. Los principales embajadores de la administración Obama lo han dibujado como un loco sin carácter de estadista. Habrá que estar muy atentos.
Las élites tradicionales de Estados Unidos han tratado de vincular a Trump con Rusia. En Europa se ha reforzado la imagen de Moscú como su principal enemigo. Bastará conocer las verdaderas intenciones de tal estrategia. Por ahora, el magnate efectivamente ha sido cauto con Moscú y bastante beligerante con China. Quizás piensa en los negocios.
La derrota en Siria, las crisis en Libia, Afganistán e Irak son parte del territorio minado que le ha dejado Obama a su sucesor. La propia CIA le recomendó a Trump que pensará mejor las cosas antes de decirlas, porque implica riesgos para la “seguridad nacional” de Estados Unidos, por lo que resta saber qué pasará con esas “minas” ante el explosivo verbo del magnate.
La relación con Latinoamérica tampoco está muy clara. Pero el modelo económico esbozado por Trump significa la defensa a ultranza de las empresas y el mercado estadounidense, algo que contradice a las élites de la derecha latinoamericana, formadas bajo el criterio del “libre comercio”. México ya siente los efectos del nuevo mandatario vecino, el peso se ha devaluado consecutivamente desde que Trump ganó la elección.
LA CNN
Trump ha cuestionado la guerra contra Irak y ha admitido que el surgimiento del Daesh y de ese modelo terrorista es responsabilidad de sus antecesores. En la misma tónica ha sido frontal con los medios que han mentido para defender las guerras e intervenciones imperiales y que también mintieron para favorecer a Clinton, primero contra Bernie Sanders y luego contra ella misma.
Justo ayer (jueves), horas antes de su juramentación como presidente de los Estados Unidos, CNN emitió un “curioso” reportaje en el que se pregunta “¿qué pasaría si Trump fuese asesinado durante su juramentación?”. ¿Una amenaza velada?
Pero las élites tradicionales no se han quedado allí y han usado su gran cañón de alienación cultural: Hollywood para sembrar la idea de que Trump es lo peor que le ha ocurrido a Estados Unidos. Icónicos artistas y músicos han salido a cuestionar al magnate, incluso a desconocerlo como presidente. Casi en su totalidad son los mismos que han callado ante las guerras imperialistas. Los mismos que jamás cuestionaron el racismo que aún persiste en su país.
LA CEREMONIA
La juramentación de Trump se hará efectiva al mediodía (hora de Estados Unidos) de este viernes. Este jueves realizó las tradicionales ceremonias de homenaje al soldado desconocido en el cementerio militar de Arlington, el lugar donde reposan unos 40 mil militares caídos en las guerras imperialistas.
Luego rindió homenaje a Abraham Lincoln ante su monumento en Washington. El gabinete de Trump estará formado mayoritariamente por empresarios y comerciantes. No habrá ningún descendientes de latinoamericanos en el equipo de gobierno.