El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió entregar toda la ayuda necesaria para los damnificados y las zonas devastadas en los últimos días por varios tornados en Oklahoma, en el centro-sur del país.
Según el mandatario, le aseguró a la gobernadora, Mary Fallin, que los ciudadanos de ese territorio «tendrán a su disposición todos los recursos necesarios» para recuperarse del desastre ocasionado, principalmente, en la localidad de Moore, con 55 mil habitantes.
Una mortífera tormenta arrasó la víspera con varios inmuebles y dos escuelas primarias de esa región, donde hay un saldo confirmado de 24 muertos y al menos 240 heridos, incluido 60 niños.
Obama consideró ese fenómeno como uno de los más destructivos en la historia del país y también dijo que ahora «la prioridades nacionales serán las labores urgentes de rescate, recuperación y reconstrucción.»
Las autoridades y medios de prensa primero estimaban en 51 y luego en 91 la cifra de fallecidos, pero Amy Elliott -jefa forense de Oklahoma- dijo hoy a periodistas que la morgue recibió hasta el momento 24 cuerpos y la mayoría de ellos fueron identificados.
Según la especialista, el error se debió a un doble conteo de las víctimas mortales.
El servicio meteorológico nacional calificó la fuerza del tornado de EF-4 en la escala de magnitud de estos fenómenos, lo cual supone vientos de hasta 320 kilómetros por hora, más severo que un huracán de categoría cinco.
Un total de 28 meteoros de ese tipo azotaron el domingo pasado a los estados de Kansas, Illinois, Arkansas, Iowa, Misuri y Oklahoma, este último decretó la fase de emergencia tras contabilizar en esa ocasión dos muertos, 21 lesionados y cuantiosas pérdidas materiales.