Obra de teatro Tribu muestra la dificultad humana para escucharnos y comprendernos

El montaje, dirigido por Rossana Hernández, está respaldado por conmovedoras actuaciones de Claudia Rojas, Cristian González, Sara Valero, Martha Estrada, Raoul Gutiérrez y Rafael Monsalve

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Hasta el 16 de junio se presenta en Caracas la segunda obra teatral de la dramaturga inglesa Nina Raine, titulada Tribus, una pieza que plantea una situación sumamente particular para desgranar la naturaleza humana hasta llegar a la más mínima expresión posible, con la intención de arrojar algunas luces sobre la enorme complejidad de temas como el lenguaje, la comprensión y aceptación del otro, las relaciones familiares y el amor, además de la inclusión y el rechazo.

La pieza, compleja en forma y fondo, intenta sumergirse, más allá de cualquier superficialidad, para mostrar las tripas crudas de cada uno de estos temas, algunos con mayor profundidad y crudeza que otros.

Tribus, a nuestro entender, con un atrevido respeto, se mete en el universo, para la mayoría desconocido, de los sordos, y lo toma como herramienta discursiva para amplificar la discapacidad de la humanidad para comprenderse a sí misma y develar la gigantesca sordera colectiva.

La pieza se presenta en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural los viernes a las 5, y sábados y domingos a las 4 de la tarde.

FAMILIA Y DISFUNCIONALIDAD

En líneas generales, Tribus cuenta la historia de una familia de intelectuales con una atípica disfuncionalidad, conformada por Billy, impecablemente interpretado por el casi debutante sobre las tablas Cristian González, el benjamín que nació sordo, pero que aprendió a leer los labios. Nunca se instruyó en el lenguaje a señas porque su cínico y mordaz padre, Christopher, encarnado por Rafael Monsalve, no quiere que eso se convierta en un rasgo típico de la personalidad de su hijo menor, que además limita su capacidad expresiva y lo une, de un modo indefectible y exclusivo, a una minoría.

El clan lo completan Ruth, interpretada por Sara Valero, una chica incapaz de conseguir pareja y frustrada por su dudosa calidad técnica y artística como cantante lírica, hermana de Billy y de Daniel, rol a cargo de Raoul Gutiérrez, un estudiante mediocre con el corazón herido por un amor y, de una manera algo velada, muy apegado a su hermano menor. Mientras que la madre, Beth, encarnada por Martha Estrada, es como una suerte de correa que envuelve todos los desajustados engranajes.

Billy se enamora de Silvia, representada por una muy convincente y prolija participación de Claudia Rojas. Ella, perteneciente a una familia de sordos, nació con sus cinco sentidos pero está a punto de perder la audición. Además, lleva las riendas de una institución benéfica a favor de las personas con discapacidad auditiva.

PARA ENTENDERNOS MEJOR

La llegada de Silvia a esta familia provoca un fuerte movimiento y termina de separar las profundas grietas existentes entre las placas tectónicas que conforman esta “tribu”, islas que a fin de cuentas se reconocen como parte del mismo archipiélago, a pesar de sus diversas topografías.

En este contexto se desarrollan una serie de enmarañadas situaciones como la de Billy que en el fondo se siente desplazado por su propia familia. Nació sordo pero nunca se le brindó la oportunidad de conocer el lenguaje a señas ni de acercarse a personas similares a él. Está el caso de Silvia, incomprendida por su novio incapaz de ver la diferencia entre ser sordo de nacimiento y perder la audición. Y el resto de la familia, cada uno abrumado por las sorderas provocadas por sus propios fantasmas.

CON HUMOR Y BUENA CALIDAD

Como toda obra de arte que se respete, Tribus no intenta ofrecer respuestas. Por el contrario, la pieza provoca un crecimiento craneal al proponer a la audiencia una profunda reflexión sobre temas que apenas creemos conocer y entender.

Todo esto se muestra con una puesta en escena que desborda calidad en todos sus aspectos. Una escenotécnia que funciona como rieles bien derechos y lustrados para que fluya incluso sin traqueteos un discurso artístico con una adecuada dosis de humor a pesar de la carga dramática; una dirección a cargo de Rossana Hernández, que deja huellas de su aporte a la interpretación general del texto y unas actuaciones, más que convincentes, conmovedoras.

MUCHOS DETALLES

“Estamos en una sociedad donde se calcula que el 10% es gente sorda en varios niveles. Para interpretar mi rol, al igual que Claudia Rojas (Silvia), quien interpreta al otro personaje con este problema, nos tocó conocer gente sorda y empezamos por quitarnos esos tabúes que uno imagina. Conocimos al presidente de la Asociación Venezolana de Sordos. Se debe acotar que todos los sordos hablan de manera diferente y debimos atrevernos a ponerle voz a los personajes”, comentó Cristian González al Correo del Orinoco.

“Debimos cuidar detalles. Por ejemplo, el sordo no puede oír, pero si puede hablar. No existen sordomudos, es incorrecto. Se debieron cuidar muchos detalles y para ayudarnos conocimos a una persona que viene de padres sordos, con quien trabajamos el tono de voz. Trabajamos los agudos, los gallos y el no decir las palabras completas. También conocimos a tres personas que utilizan el lenguaje de señas. Fue difícil además porque no pueden hablar pero a nivel de corporalidad pueden leer bien. Tienes que hacer el ejercicio de no escuchar sino con la mirada. Cuidar detalles como cuando alguien me habla desde atrás no voltear. Es el tener claro los sentidos durante todas tus escenas. En esto la directora Rossana (Hernández) fue muy clara, para que el público sienta que uno es sordo”, agregó el actor.

Billy, apuntó González, nació en una familia donde la literatura y la cultura prevalecen: “El padre tiene muchos prejuicios y hace que Billy se adapte al mundo de ellos. Utiliza un aparato para medio escuchar, pero cuando conoce a Silvia, descubre que es un mundo diferente”.
“Trabajamos lo de la lengua de señas por capas. Primero tuvimos unas sesiones con Giacomo Paglioni, quien nos asesoró desde el punto de vista sonoro. Luego comenzamos a trabajar con Ángeles, quien es una traductora para sordos que trabaja en el noticiero de Televen. Con ella traducimos todo el texto que nos tocaba hacer a través de videos, que comenzamos a repetirlos en casa. Luego comenzamos a mezclar señas con sonidos”, contó por su parte Claudia Rojas.

La familia de Billy, “Sabe que tienen un familiar sordo, pero el drama es que no lo oyen”, comentó la actriz.

T/ Eduardo Chapellín-Luis Jesús
González Cova
F/ Cortesía DM
Caracas

 

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