Por Fernando Bossi|Obreros y dictadura (Opinión)

De los 30 mil desaparecidos que dejó, como macabro saldo, la dictadura militar-oligárquica que gobernó a la República Argentina entre 1976 y 1983, un poco más del 50 por ciento eran trabajadores, y la mayoría de ellos obreros sindicalizados.

Los obreros argentinos fueron los más perjudicados y castigados por la dictadura. Los primeros años fueron fatales para el movimiento popular; las desapariciones, asesinatos, encarcelamiento y torturas eran prácticas de todos los días. Recién en 1979 el movimiento obrero, con la Comisión de los 25 (así llamada porque la integraban 25 sindicatos), se presentó como un espacio de confrontación contra el gobierno dictatorial. Otro sector del sindicalismo, como es costumbre en estos casos, actuó de manera colaboracionista.

El 27 de abril de 1979 se llevó a cabo el primer paro nacional. Los sindicalistas fueron encarcelados. En noviembre de 1980 el grupo anti-dictatorial reconstituyó la Confederación General del Trabajo, conocida como CGT-Brasil en referencia a la calle en que se encontraba su sede. Saúl Ubaldini, un dirigente del gremio de los cerveceros, fue elegido secretario general y en julio de 1981 se convocó la segunda huelga general.

Cuatro meses después se convocó la primera manifestación de calle contra el gobierno. La CGT aprovechó la tradicional marcha a la Iglesia de San Cayetano en Buenos Aires sumándose a los feligreses. Bajo el lema “Pan, Paz y Trabajo” movilizó más de 10 mil trabajadores.

Pero la movilización más importante fue la del 30 de marzo de 1982. La convocatoria era para entregar un petitorio al gobierno, donde se expresaba la exigencia de poner fin a la dictadura y reinstalar la democracia; asimismo, en el documento, se repudiaba las políticas neoliberales que se llevaban a cabo y se pedía el esclarecimiento del tema de los desaparecidos.

La marcha fue reprimida salvajemente, Ubaldini y la dirigencia sindical fue encarcelada. Tres días después se dio la recuperación de las islas Malvinas y comenzó otra historia. Pero el movimiento obrero argentino ya le había dado una feroz estocada a la asesina y vendepatria dictadura militar-oligárquica.

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