Naciones Unidas celebró hoy que representantes de los rebeldes de la tribu huti y del gobierno yemenita participen en las conversaciones de Ginebra para abordar la salida negociada del conflicto interno.
De acuerdo con el enviado especial de la ONU para Yemen y organizador de las pláticas, Ismail Ould Cheikh Ahmed, la presencia de los principales actores de la crisis no puede minimizarse, porque pudiera significar un primer paso en su solución.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, e Ismail instalaron este lunes en la ciudad suiza las consultas, a las cuales los insurgentes llegaron con un día de retraso «por dificultades logísticas».
La organización espera aprovechar las conversaciones para generar confianza entre las partes de que es posible detener el conflicto, que escaló a finales de marzo con el comienzo de bombardeos liderados por Arabia Saudita para tratar de frenar el avance de los rebeldes chiitas de la tribu huti.
Diversas gobernaciones de Yemen sufren la crudeza de los combates entre el movimiento Ansar Allah y las tropas leales al presidente Abd Rabbuh Mansur Hadi, quien huyó al vecino reino wahabita, y de los ataques aéreos extranjeros, responsables de la muerte de civiles y la destrucción de infraestructura vital.
Según dijo Ismail a periodistas la víspera, las pláticas de Ginebra pudieran abrir el camino a la implementación de resoluciones del Consejo de Seguridad que llaman al diálogo y a la continuidad de la transición en el país de la península arábiga, donde se estima que el 80 por ciento de su población necesita ayuda humanitaria.
El enviado especial recordó a las delegaciones presentes en la urbe suiza que solo pueden tener un máximo de 10 integrantes.
Naciones Unidas fijó como sus prioridades para las conversaciones el establecimiento de una nueva pausa humanitaria, en aras de asistir a las víctimas del conflicto, y del logro de ceses del fuego locales, que lleven después al fin total de los combates.
A mediados de mayo, las partes acordaron cinco días de tregua, considerados por la ONU insuficientes para atender el impacto de las hostilidades en la población civil.