El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O’Brien, señaló que cinco años de enfrentamientos han dejado más de 250 mil muertos, 11 millones de desplazados internos y refugiados, así como 13 millones 500 mil sirios urgidos de ayuda.
O’Brien expuso el informe mensual número 23 del Secretario General sobre el cumplimiento de las resoluciones 2139, 2165 y 2191 del Consejo, todas de 2014, que exigen a las partes en conflicto facilitar la llegada de asistencia a los civiles.
Según el funcionario, el nuevo documento ratifica «la indiferencia de los actores de la crisis ante las leyes internacionales humanitarias y los derechos humanos, así como sus incumplimientos de las citadas resoluciones».
El secretario adjunto insistió en la necesidad de encontrar una salida política del conflicto y en la importancia de las conversaciones que con ese objetivo comenzarán el viernes en Ginebra delegaciones del Gobierno y la oposición.
O’Brien culpó a todas las partes enfrentadas en el país de impedir la llegada de ayuda humanitaria a la población, en particular a seres humanos residentes en lugares sitiados o de difícil acceso por la intensidad de los combates.
Sin embargo, para el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, las acusaciones contra Siria no se ajustan a la realidad y demuestran la manipulación del tema humanitario.
Jaafari afirmó que Damasco prioriza la asistencia a los civiles, pero su labor se ve afectada por el accionar de organizaciones extremistas que saquean y roban con frecuencia los convoyes.