La Araña Feminista |Cupido, ¡bájate de esa nube! (Temática)

La interpelación al rompe corazones es, como feministas, una acción mas en la lucha por visibilizar todos los frentes en los que el patriarcado monta su carpa y pretende mantener a las mujeres atadas a sus designios. Así pues, despatriarcalizar el amor romántico como espacio de dominación de la dictadura emocional hacia las mujeres y construir y ensayar nuevos modelos y estructuras de amor, en las que el respeto, la equidad, la solidaridad, la comunicación no agresiva, en definitiva una nueva ética del amor como sentimiento humano profundo y diverso, es para nosotras parte del quehacer diario, lo cual deja por sentado que las feministas no estamos en contra del amor, ni somos las pérfidas des-almadas que el sistema patriarcal y la culpa cristiana intentan satanizar.

La tarea pasa entonces por identificar aquellos elementos del amor romántico con el que crecimos, esos “sutiles” mensajes con los que fuimos educadas, domesticadas y edulcoradas desde instituciones tradicionales como la familia, la escuela, la Iglesia, los medios de comunicación y que nos hacen amar patriarcalmente, esto es supeditarnos al otro, entregarnos servilmente al amado en una dedicación exclusiva que conduce en la mayoría de los casos a una automutilación (Beauvoir:372,1948), hasta perdernos a nosotras mismas como dice Marcela Lagarde. Enajenación que encuentra sustento en los mitos que cuestionamos; el primero de ellos: “el amor todo lo puede”, el amor “verdadero” lo perdona y aguanta todo, lo que es a todas luces el caldo de cultivo para la violencia de género en las relaciones de pareja dada la normalización del amor sufriente, sumiso, abnegado, sacrificado.

Este modelo de amor, fundamentalmente de las sociedades occidentales, no nos cansaremos de decirlo, patriarcal, es además heteronormativo, monogámico, posesivo, demandante y exigente para las mujeres, al punto de llegar a exigir una entrega total, abnegación y disposición para valorarnos como buenas madres, esposas, parejas, amantes, no importa que en ese trajín perdamos hasta la vida.

Las mujeres necesitamos amar de otras formas. Liberarnos de ilusiones inalcanzables que nos hace sufrir y frustrarnos porque la realidad es mas compleja y diversa que un único final ¿feliz?

El amor como hecho social, cultural, político e histórico exige un replanteo de aproximación. Preguntarnos cómo amamos, qué esperamos del amor y de las relaciones amorosas, qué mensaje estamos transmitiendo a nuestras niñas, niños y jóvenes adolescentes es una responsabilidad en este empeño nuestro de transformar las relaciones de dominación y poder de hombres sobre mujeres.

Defender nuestro derecho amar desde nuestro ser en expansión, desde la diversidad y sobre todo desde la autonomía ensayando otras formas mas allá de la creencia de que solo en pareja (heterosexual además) podemos ser felices.

Así que Cupido, bájate de esa nube que el amor no es para sufrirlo ni llorarlo, sino para gozar con conciencia y convencidas de que merecemos ser felices y plenas.

T/ Isaloren Quintero