Por Pablo Fernández B.|DDHH: Ruedan las máscaras (Opinión)

La confrontación político-ideológica que subyace a las luchas por construir una nueva hegemonía, basada en la defensa y reconocimiento a la condición de sujetos históricos de los sectores más postergados y excluidos, encuentra hoy un escenario de fuerte debate en Venezuela; concretamente en el campo de los derechos humanos (DDHH) y sus formas de expresión conceptual y práctica.

En una situación dicotómica absoluta, el manoseado ideario de libertad, justicia, solidaridad e igualdad que subyace en la concepción misma de los derechos humanos, termina sirviendo a los espúrios intereses de una “casta” política que se autoasume como “intocable”, amparada en sus oscuros vínculos con estructuras institucionales harto parcializadas y domesticadas, que desde espacios multilaterales internacionales aúpan este tipo de situaciones y construyen junto al corporativismo mediático un muro de matrices desinformativas, para invisibilizar la realidad que en materia de garantía de DDHH y de creación de alternativas sociales se gesta en esta porción de la Patria Grande.

Desde la ególatra y autorreferencial actitud que los caracteriza esos sectores han generado una aberración ética-jurídica llamada proyecto de “Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional”, que busca perpetuar sobre la base de un insostenible andamiaje legal las más atroces agresiones cometidas por la oposición política y los poderes fácticos que la apoyan contra el pueblo venezolano, en los últimos 17 años.

Han desenmascarado así, sin tapujos ni vergüenza sus únicas y verdaderas intenciones: perpetuar la impunidad y desatar los demonios de la violencia en una sociedad que ansía seguir transitando en paz su devenir histórico.

En contrapartida la Revolución Bolivariana, digna heredera de los mártires que sembró la violencia política durante más de medio siglo, apuntala su hoja de ruta en un legitimado y prospectivo “Plan Nacional de Derechos Humanos”, que se construyó con el aporte de los más diversos actores sociales y que ha sido concebido sobre la base de las reivindicaciones históricas de las víctimas, enlazado al marco constitucional y a los principios que orientan la perspectiva política del socialismo democrático, plasmados en el Plan de la Patria.

Hoy este plan de DDHH nos convoca a trabajar mancomunadamente, para que estos no vuelvan a ser la mascarada de los fascistas de turno, sino la bandera legítima recuperada por los pueblos que conquistan palmo a palmo su propia dignidad.

pabloefb@yahoo.com