Un rostro le mira sonriente desde el otro lado de la pantalla. Es un rostro muy familiar. Pertenece a uno de esos individuos que se constituyen en los referentes significativos de nuestra cultura pop. Sin perder la sonrisa, le dice algunas palabras en un idioma que probablemente no sea el suyo de usted, agarra un tobo de agua helada y se lo echa por la cabeza. El gesto parece que contribuye a la investigación contra la enfermedad de la esclerosis lateral amiotrófica. O eso dicen.
En las últimas semanas se han multiplicado en la televisión y el internet los videos del reto que pone a los famosos en remojo. Todos lucen iguales, excepto uno. El de una muchacha mexicana, anónima, que con el simple gesto de utilizar un cubo vacío, nos recuerda que el agua es un bien preciado de difícil acceso para muchos habitantes del planeta.
Además de otros factores, no es tanto la escasez del recurso como la propiedad sobre él lo que condiciona su disponibilidad y accesibilidad. Activistas, plataformas ciudadanas, algunas formaciones políticas y organizaciones ecologistas, denuncian la creciente privatización del agua. La indostana ecofeminista Vandana Shiva alerta sobre la cosificación de las formas de vida y la apropiación de los recursos naturales por las grandes corporaciones transnacionales, lo que convierte a unas y otros en bienes que se intercambian en los mercados y de facto supone la privatización del planeta. Uno de esos bienes es el agua.
Aunque la Organización de las Naciones Unidas se ha pronunciado reconociendo el agua como un derecho humano, la contaminación industrial, el desvío de grandes masas de agua hacia intereses particulares o la privatización del abastecimiento, lesionan gravemente ese derecho.
A primeros de agosto de este año, el desborde de una balsa de la mina Buenavista del Cobre causó el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico sobre un afluente del río Sonora, en México, contaminando sus aguas y dejando sin suministro a 20 mil personas. En 2004, la transnacional Coca Cola fue obligada a cerrar su planta de Plachimada, en la India, tras extraer 1,5 millones de litros diarios de agua y perjudicar severamente a la agricultura local. En Europa, España ha privatizado ya el 50% de la gestión del abastecimiento de agua.
Casi 800 millones de personas en el mundo carecen de acceso al agua potable. ¿Ice Bucket Challenge? ¡Dejen de malgastar el agua!