Por Ramón Alirio Contreras G.|Desalmagro (Opinión)

Por un juego del destino, el apellido del tristemente célebre secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, nos permite jugar con el título de esta semana. Almagro fue el canciller, nada menos que de José “Pepe” Mujica. Es decir, que Almagro proviene políticamente de las fuerzas del Frente Amplio uruguayo, organización que agrupa a una gama de partidos de izquierda. El Frente Amplio llegó al poder en 2005 con la victoria de Tabaré Vásquez, luego de que los partidos Blanco y Colorado gobernaran la nación por unos 150 años. Uruguay fue uno de los países víctimas del Plan Cóndor, en el que se instauró una dictadura que duró 13 años.

A pesar de que la política uruguaya tiene sus particularidades y que en el Frente Amplio hay tendencias muy variadas, algunas rozan al neoliberalismo y son propensas a mantener relaciones muy cercanas con Estados Unidos, como sucedió en el primer gobierno de Vásquez con Danilo Astori, ministro de Economía, quien fuera luego el vicepresidente de Mujica y ahora vuelve a ocupar la cartera de Economía.

Almagro ha hecho un papel nefasto desde que asumió el cargo para el cual fue electo por los países miembros, incluyendo Venezuela. Almagro no es la OEA, pero esa es la idea que la oposición y él mismo han querido construir. La Secretaría General no es un ente decisor, las medidas de la OEA son consideradas en el seno de la Asamblea General. La derecha ha hecho creer a sus seguidores que Almagro puede aplicar la Carta Democrática, cuando eso es totalmente falso.

El señor Almagro se ha convertido en un simple vocero de la oposición venezolana, violando todas sus funciones y el propio Derecho Internacional. La canciller Delcy Rodríguez debe, como lo ha anunciado, pedir la destitución de este infame personaje, que actúa violentando las mas elementales normas de la diplomacia.

Ni siquiera la era Insulza llegó a los niveles de subordinación a las líneas del imperio que Almagro ha demostrado en tan poco tiempo de gestión. El Gobierno uruguayo debería ser uno de los primeros en pedir la renuncia de Almagro, pues el nombre del Frente Amplio queda mal parado por un “representante” como este.

Al menos el expresidente Mujica se desmarcó de sus acciones, pero eso no basta. La solidaridad y el compromiso de Venezuela con Uruguay debe verse reflejado ante un agresor descarado y declarado contra la democracia venezolana como lo es Almagro.

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Hasta a un zorro viejo como el Pepe Mujica se le colea un malinche como este borrego de DesAlmagro….