Tinta cruda: Por Alfredo Carquez S.|Domingo extremo en la Avenida Bolívar

Caracas Rueda Libre es una de las pocas diversiones gratuitas con la que contamos los habitantes de esta ciudad. Lástima tal iniciativa se habilite solamente los domingos, para que los caraqueños podamos montar bicicleta, patinar, correr, o simplemente caminar con nuestras parejas, niños y mascotas en un ambiente de paz y tranquilidad.

La verdad da gusto salir a disfrutar de estos espacios y ver la cara de felicidad y reposo con la que pasean o hacen deporte los habitantes de este valle por Los Próceres, Los Símbolos, Los Caobos y sus alrededores. Mucho valen esos momentos de desconexión de las angustias, colas y demás problemas relacionados con la crisis económica o la inseguridad.

Sin embargo, en la Avenida Bolívar cada domingo he comenzado a notar un fenómeno que ha venido creciendo en intensidad: por donde se supone no pueden circular ni carros, ni motos, ni mucho menos busetas y autobuses, pues circulan carros, motos, busetas y hasta autobuses. Y la Policía Nacional Bolivariana que, instalada en los cruces más importantes, en lugar de velar por que esto no suceda, bien gracias: más atención le ponen a sus teléfonos celulares y tal vez hasta a la forma de las nubes que viajan por el cielo, que a lo que sucede a su alrededor.

La Avenida Bolívar se convierte así por momentos en una especie de sede para deportes extremos. Y este problema se agudiza cuando un ciclista o corredor se aventura a cruzar el túnel que comunica con El Silencio, pues solamente funciona una de sus lámparas.

En medio de la oscurana resulta casi imposible ver si vienen carros o motos hasta que casi los tienes encima, ya que para colmo la mayoría de las veces sus conductores ni se preocupan en llevar encendidos los faros de sus vehículos.

Súmele a esa situación la imperiosa necesidad de sortear a ciegas los numerosos huecos espichadores de cauchos y dobladores de rines de bicicletas que ahí se encuentran.

Recomiendo esta ruta a los funcionarios responsables del mantenimiento de Santiago de León de Caracas.

alfredo.carquez@gmail.com