Correo de los derechos por Pablo Fernández B.|Educación en DDHH desde Mercosur (Opinión)

Del 18 al 21 de noviembre se realizará en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el XXV Encuentro de Altas Autoridades en Derechos Humanos y Cancillerías del Mercosur y Estados Asociados (Raaddhh). Dicho espacio de articulación internacional tiene entre sus funciones elaborar y promover estrategias, políticas y acciones comunes en materia de derechos humanos en la región.

Una de las temáticas claves a desarrollar es la relacionada con el impulso de la educación en derechos humanos (EDH) en todos los países que integran el bloque regional.

La EDH es educación para la transformación social, el empoderamiento, la emancipación de los núcleos de opresión y de los poderes arbitrarios.

Una educación para la transformación de sujetos de derechos capaces de reconocerse individual y colectivamente como personas en dignidad, conocedores de sus derechos y competentes para hacer los derechos exigibles e irrenunciables.

La EDH apunta a ser una forma de educación para la justicia «redistributiva» del capital económico y simbólico, la justicia social del «reconocimiento» y la reivindicación de los derechos de diversas minorías étnicas, raciales, sexuales, culturales, de género, de capacidades y la justicia social de «representación», en la que todas y todos son considerados como pares para intervenir en las decisiones políticas que las y los afecten. Hacer de los DDHH un paradigma ético de convivencia es el gran objetivo.

La EDH se funda en cuatro aspectos esenciales: el componente de la alteridad, entendida como el reconocimiento y la responsabilidad con la otra/el otro como un legítimo otra/otro.

Un segundo componente de la EDH es la diversidad, la cual se genera en los más diversos campos: social, cultural, filosófico, religioso, moral y político, como hecho fáctico de toda sociedad en la que existe una variedad no coincidente.

El componente del diálogo entendido como instancia para desarrollar la «escucha» y el componente de problematización (ligado a la necesidad de atender temas controversiales que plantean los DDHH, tensiones y conflictos) conforman los cuatro pilares de esta concepción educativa.

La tarea de hacer realidad la EDH en América del Sur exige lograr su adecuada contextualización, asumiéndola como constructora de democracia, con visión holística y por sobre todas las cosas, entendiéndola como una educación ético-valórica que contribuye a desarrollar la paz verdadera para los pueblos.

pabloefb@yahoo.com