Por Carolina Escarrá G.|Esa derecha… (Opinión)

A pesar de que Venezuela, preñada de ideas y de sueños, está preparándose para parir revolución en los motores ideados por el Gobierno o en tantos métodos que se han intentado en estos años para llenar de dignidad humana al pueblo venezolano, y cuyos reconocimientos mesurables se pueden observar en la consecución de las Metas del Milenio de Naciones Unidas; en nuestra Presidencia del Consejo de Seguridad; en declaraciones de representantes de la FAO; o de la Unesco entre otras cosas. A pesar de todo eso, la derecha internacional, de un imperio que muere y bosteza al mismo tiempo (parafraseando al poeta que habla de España) se empeña en forzar una «salida» no acorde con la naturaleza constitucional de nuestro país.

Esa misma derecha internacional que se cree en capacidad de evaluar los derechos humanos en Venezuela, como para prorrogar un decreto nefasto que coloca a nuestro país como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, decisión unilateral rechazada por el Mnoal, el ALBA-TCP, entre otros.

Esa misma derecha internacional que no ha cesado en atacar a la Patria Grande bolivariana, con sus instrumentos principales que son los medios de comunicación y, por supuesto, las élites económicas y políticas representadas en el Foro de Davos y en los organismos que surgieron de Bretton Woods.

Esa derecha que hoy día ataca a Luiz Inácio Lula da Silva, que es una forma de atacar a la presidenta Dilma Rousseff y al Partido de los Trabajadores (PT) brasileño, y con ello, a los países que integran el Grupo Brics, tan solo para evitar los mecanismos financieros que éstos promulgan y, por supuesto, el avance que han tenido -en especial Rusia y China- en el mundo.

Esa misma derecha que hace que después de algunos meses de negociaciones de paz en La Habana, el Gobierno colombiano haya llegado con una propuesta que significa un retroceso en lo avanzado hasta el momento; o esa que asesinó a Berta Cáceres en Honduras, o a los 43 de Ayotzinapa; y esa misma derecha que calla represión militar en Paraguay; o esa que hace que Argentina entregue su soberanía para arrodillarse ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esa derecha quiere que en América Latina –en lugar de parir Patria que es igual a humanidad y que es igual a Poder Popular– haya «salidas» que vuelvan a sumir en la miseria y en la ignorancia al pueblo nuestroamericano, que hipoteque su conciencia ante el FMI y el Banco Mundial y eso, precisamente, es lo que no podemos permitir.

cescarragil@gmail.com

Totalmente de acuerdo con su articulo de opinión. Solo le agregaría que es una mezcla de ultraderecha y neofascimo del siglo XXI. Esta es una lucha de siglos, que ha sido por la independencia verdadera, la libertad y la justicia social; que fue contra la corona española y ahora es contra el imperio más asesino, despiadado, cruel y loco; el imperio fascista norteamericano. «Hasta la victoria siempre».