Por Manuel López|Juego de azar (Opinión)

La confirmación esta semana de la ralentización de la actividad en el sector fabril de China en diciembre por primera vez en siete meses, viene a corroborar lo imprevisible determinar el momento de la recuperación de los precios de los carburantes en el mercado mundial.

Lo que si está claro con las últimas declaraciones del ministro de Energía ruso, Alexander Novak, es que tanto los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como los No-OPEP se han embarcado en una política de mantener su posición en el mercado.

Se trata de una estrategia volumétrica que han impulsado tanto Arabia Saudita como los otros productores de los países del Golfo Pérsico, fundamentada en el predominio del juego de la oferta y la demanda, para sacar ventaja sobre aquellos productores con altos costos de producción.

Como aventajado en esta estrategia, los sauditas cuentan con reservas internacionales en su banco central de más de 750 mil millones de dólares. Además disponen de 50 mil millones en diversos fondos gubernamentales, tales como el Fondo de Inversión Pública.

Por su fuera poco, cuenta con 900 mil millones en reservas extranjeras (tercero después de China y Japón), sin deuda externa, y con una deuda pública minúscula de menos de 3% del Producto Interno Bruto, lo que lo coloca en una posición fortalecida, capaz de resistir a cualquier desplome del valor del crudo.

Además su capacidad de producción, que sobrepasa los 12,5 millones de barriles por día, le ofrece una holgura de dos millones de barriles para intervenir en el mercado.

Está por verse si esta estrategia, que busca mantener su predomino en el mercado mundial de hidrocarburos, será de largo plazo y lo que pudiera ser peor: convertirse en un juego de azar de alto riesgo.

manueltodosadentro@yahoo.es
Etiquetas