Por Gino González|No dejar de ser gente (Opinión)

Característica inherente a la especie humana es la comunidad, pero cuánto cuesta organizarse en este tiempo. Sí nos remitimos a los habitantes primigenios destacaremos la condición socialista de las naciones indígenas. Así ha debido ser en los primeros tiempos para sobrevivir. Dirá quien niegue nuestra innata condición amorosa. Incluso, yo mismo por mi origen campesino, recuerdo una niñez donde la cayapa era habitual entre nuestros mayores. Se ayudaban en los conucos y en la construcción de las casas. Alguien quizás agregue que no hay alternativa para aquellos que no tienen esclavos ni posibilidad de contratar peones u obreros. “Cuando la tierra es pequeña y pobre no existe ni peón ni amo”, cantó Alí Primera, pero nosotros, ¡ah malhaya! nos urge seguir creyendo en la condición amorosa innata de la especie.

Pero aun así, ya descartando las motivaciones colectivas tan lejanas de los primeros pobladores, suponiendo que la miseria misma nos condujo a la ayuda mutua, por qué si las carencias materiales se siguieron acentuando, en esa medida en vez de ser mas solidarios entre nosotros mas bien fuimos adquiriendo el individualismo del amo. Asumiendo como ideal la familia como célula fundamental del capitalismo. Mi casa rodeada con un paredón o fuertes rejas, con la despensa o la nevera repleta, mis televisores, mi Internet y mis servicios públicos privados que no me fallen y el vecino, la urbanización o el barrio o el país pa la porra. Sí, pero es que si no te encierras la delincuencia acaba contigo. Está bien, pero esa malandramenta no tiene acaso su origen en esos mismos valores individualistas.

Estoy de acuerdo contigo, aquel que hace negocios con la comida o que en el estacionamiento del hospital vende los insumos que adentro no se consiguen, merece la horca.

Pero ya sea porque así somos por naturaleza o porque las circunstancias obligan, solamente organizados podremos superar esta situación.

Si se lo dejas todo al Estado no podrás controlar nada. Si se lo dejas todo al Ministerio y al Consejo Comunal tampoco.

A mi también me pasa que quisiera quedarme encerrado en la casa y no andar en la calle con esa peleadera. Pero si nos reunimos para la parranda y la fiesta por qué no hacerlo para superar los egoísmos y tratar de constituirnos verdaderamente en una Patria.

Calle por calle, barrio por barrio, caserío por caserío, vamos a seguir organizándonos en la alegría de andar juntos.

sí,que bueno era,cuando se vivía en comunidad.Cuando se le pedía la escoba prestada al vecino,para barrer o,volar de noche-igual te la prestaban sin preguntar,o,decir por lo bajo.-hay esa gente,no tiene ni para comprar un escoba-.nuestro amado-capitalismo-acabó con todo eso.ahora es menester,una casa con muchas cosas materiales como,en una familia,al menos tres carros,dos neveras,cuatro televisores,unos,cuatro o más teléfonos-inteligentes-y,reunirnos en familia,para no comunicarnos entre nosotros.así es la nueva vida-diría mi madre que en paz esté.