Los motivos del lobo de Francisco de Asís|No me gusta la crítica como oficio (Opinión)

Lo he dicho varias veces: no me gusta la crítica.

Pero voy a insistir sobre el tema, intentando explicarme bien, para que no quede duda alguna de lo que digo.

Me gusta el pensamiento crítico; es decir, aquel que trata de descifrar el mundo, de comprenderlo a fondo en un determinado ámbito, como factor indispensable para la transformación de la realidad.

Sin él, ninguna revolución verdadera es posible.

Pues a partir de ese pensamiento liberador se nutren los hechos revolucionarios.

Me gusta el debate entre revolucionarios hacedores.

Entre quienes comparten iguales propósitos del mismo lado de la batalla, pero trabajando, materialmente sumergidos en el hacer, poniendo en ello su vida. Un debate siempre honesto, fraternal, con base al compromiso de las partes involucradas, que no presuponen una en la otra la mala fe.

Acepto con gusto también la crítica puntual, oportuna, de carácter único, que quiere expresar un toque de alerta, o un aporte necesario en determinado momento. Y siempre desde la lealtad.

Disfruto, por supuesto, la controversia con el adversario.

¡Me parece un placer de dioses! La polémica aguda, inteligente, argumentada. La que trata de vencer convenciendo o, lo que es lo mismo, desarmando de razones al enemigo, develando sus trampas y engaños. ¡Qué útil!

Ah, pero no me gusta la crítica, entendida como oficio. Esa no goza de mi simpatía.

O, para ser más claro, no me gusta la crítica que responde a la “opinión” cultivada como profesión denunciadora. Y menos me gusta entre camaradas.

Me parece muy cómoda. Y, en general, un acto de soberbia.

La crítica del que no hace, pero juzga. La del experto que no se moja. La de quien no entrega su piel y su sudor en la confrontación con lo real. La que se ejerce desde las gradas y preferiblemente en la sombrita.

Ah no, esa crítica “conocedora” no va conmigo ni creo que sea útil de ningún modo. Me confieso martiano en el sentido de que pienso que “hacer es la mejor manera de decir”.

farrucosesto@gmail.com